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Reportaje:

Divorcio en las aulas

Los padres atribuyen la mitad del fracaso escolar a la incomunicación con los profesores

Sonia Vizoso

Los profesores suelen acusar a las familias de utilizar la escuela para "aparcar" a los niños. "Claro que los aparcamos", responde, sin complejos, Virgilio Gantes, "no nos queda más remedio". El portavoz de los padres de alumnos de Galicia alerta de que la zanja que les separa de los docentes se ensancha cada curso que pasa por las dificultades para conciliar la vida laboral y escolar. La Xunta y los colegios admiten el problema, pero disienten con los padres al señalar a los responsables y apuntar soluciones.

Las tres partes están de acuerdo en un par de realidades. Son pocos (un 10%) los padres que participan en las votaciones del Consello Escolar -el parlamento de los colegios- y la asistencia a reuniones y tutorías, convocadas no más allá de las seis y media de la tarde, deja mucho que desear. "Yo conozco casos de padres a los que se ha llamado hasta cuatro veces sin que aparezcan", afirma la directora general de Ordenación Educativa, María José Pérez Mariño. La federación de Asociacións de Nais e Pais (Anpas) cree que esta aparente desidia se resolvería adaptando las tutorías a los horarios laborales. "¿Quién puede abandonar su puesto de trabajo a las cinco de la tarde para entrevistarse con el profesor de sus hijos o asistir a un consejo escolar?", se preguntan estos colectivos, mientras ven cómo los abuelos empiezan también a sustituir a los progenitores invisibles en las convocatorias escolares.

"¿Quién puede dejar su trabajo para ir a una reunión a las cinco de la tarde?"
Las familias proponen liberar a los tutores para que flexibilicen su horario

"La mejor forma de acabar con el fracaso escolar es la comunicación entre padres y profesores", esgrimen los colectivos de padres. Y dan un dato: si se acabase con el divorcio entre familia y escuela, los alumnos que suspenden se reducirían del 25% al 12%, justo a la mitad. Para superar la incompatibilidad de horarios, las Anpas proponen liberar a los tutores de la obligación de impartir clase y convertirlos en nexos entre familia y colegio. Este docente podría así adaptarse a las necesidades de los padres y realizar un seguimiento exhaustivo de los niños con más problemas. La propuesta no gusta ni a la Xunta ni a los centros. "Sería imposible tener una persona más por aula", responde Educación. "El tutor liberado perdería el contacto con la realidad del aula", apuntan los directores de colegios.

El representante de los padres de alumnos defiende que la participación de las familias en los centros es "tremenda, como buenamente se puede". El 70% de los matriculados son socios de las Anpas y estas agrupaciones gestionan los comedores y las actividades extraescolares. "No tendríamos por qué hacer nada de esto, ya que la ley dice que somos sólo colaboradores", aclara Gantes.

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La baja participación en la votación de los consejos que gobiernan los colegios se debe, según Gantes, a que nadie se preocupa de explicar a las familias la importancia de este órgano, donde los profesores son mayoría frente a los padres. "Deberían ser paritarios", reclaman las Anpas, que perciben "miedo" en los centros y la Administración a que los padres intervengan más en la vida escolar. "Hacer un consejo escolar paritario sería como si en una empresa los compradores tuvieran el mismo peso en las decisiones que los directivos y trabajadores", replica la consellería.

Para la directora de Ordenación Educativa, el problema es que los padres "no vienen a las reuniones" y esa falta de interés, subraya, "se arrastra desde hace años", incluso cuando las mujeres no trabajaban fuera de casa. La Administración, esgrime Educación, no puede obligar a los colegios a fijar las reuniones fuera del horario laboral de los docentes y sólo puede recomendar a la dirección que facilite el contacto. Juan José Félez, vicepresidente de la Asociación de Equipos Directivos de A Coruña, llama a los centros a hacer un esfuerzo en este sentido y a erradicar algunas prácticas, como convocar los consejos escolares a las 12 de la mañana.

La consellería propugna la "negociación personal" entre las familias y los colegios y que los padres conviertan la educación de sus hijos en una "prioridad" real. El reto no es sólo para las familias. ¿Por qué los convenios laborales no incluyen permisos a los trabajadores para asistir a las convocatorias oficiales de los colegios de sus hijos? "Hay detalles que se pueden mejorar, pero la cuestión de fondo, el mecanismo para que los padres se interesen por la vida escolar, no se ha encontrado", lamenta Félez, director del colegio Anxo da Garda de A Coruña.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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