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Crisis financiera mundial | Nervios en los mercados

EE UU anuncia una agencia estatal para salvar a los bancos en apuros

La Bolsa de Nueva York remonta un 3,9%, la mayor subida en seis años - La crisis fuerza una acción concertada de seis grandes bancos centrales

Claudi Pérez

Los tabloides de Nueva York van como locos buscando un broker que se arroje al vacío desde uno de los imponentes rascacielos que albergan los grandes bancos de inversión, los ídolos caídos que el huracán financiero va convirtiendo en cenizas. "Al paso que vamos será la foto de la crisis", decía ayer un fotógrafo ante la sede de Lehman Brothers, la gran víctima hasta este momento. Lo único que de verdad se ha despeñado los últimos días son los índices bursátiles, pero la Administración Bush puso en marcha ayer toda su maquinaria para impedir que el huracán financiero siga arrastrando a la banca, a la Bolsa y al conjunto de la economía.

En apenas unas horas y tras un arranque dubitativo que hacía presagiar lo peor, el Dow Jones se dio un atracón de euforia con una subida cercana al 4%, la mayor recuperación diaria de los últimos seis años. Un caudal de noticias procedente de Washington alimentó ese fenomenal avance.

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En una ofensiva sin precedentes, Washington apuntó que ultima la creación de una superagencia estatal que permita una solución "permanente" a los bancos con problemas.

La Administración Bush se ha convertido en la piedra angular de la economía y los mercados, pero ahora persigue ir más allá de lanzar salvavidas a los bancos con problemas y dar la estocada final a la crisis. La Reserva Federal (el banco central) y el Tesoro estudian proponer que la nueva entidad absorba los activos contaminados por las hipotecas locas, es decir, buena parte de la deuda relacionada con el mercado hipotecario de EE UU. Sería una reedición de la Resolution Trust Corporation, que absorbió créditos morosos en la crisis bancaria de los ochenta. Anoche, el Tesoro y la Fed se reunieron con los congresistas en Washington para explicarles el plan de rescate.

El senador Charles Schumer señaló a los periodistas que ha hablado ya con las autoridades financieras sobre la posibilidad crear la nueva superagencia. La iniciativa tiene el apoyo del Fondo Monetario Internacional, según señaló su número dos, John Lipsky. El presidente de EE UU, George Bush, aseguró en una breve comparecencia en Washington que su Administración continuará tomando las "medidas extraordinarias" necesarias para lidiar con los "serios desafíos" a los que se enfrentan los mercados.

Eso no es todo. Además, el Gobierno perseguirá lo que Bush denominó crípticamente "las manipulaciones del mercado". Los especuladores están de nuevo en el punto de mira. EE UU persigue impedir la venta a la baja de acciones de forma especulativa, una nueva normativa contra los inversores que se han hinchado a ganar dinero apostando a que una acción va a caer. La nueva regulación, que ha sido adoptada también por Reino Unido, llega de la mano de los esfuerzos del sector privado en la misma dirección: varios fondos de pensiones han anunciado que no venderán títulos de Goldman Sachs ni Morgan Stanley, dos de los bancos de inversión más duramente atacados en los últimos días.

Las ayudas llegan por tierra, mar y aire. Para contener la sangría bursátil de los últimos días, los principales bancos centrales unieron ayer de nuevo fuerzas y anunciaron que inyectarán 247.000 millones de dólares (171.400 millones de euros). Consiguieron tranquilizar las cosas momentáneamente. Más tarde, las Bolsas se torcieron y los mercados europeos cerraron con pérdidas, pero Wall Street se recuperó con creces por el arreón final que supone la creación de la nueva agencia estatal y la persecución de las ventas especulativas.

La marea de liquidez partió de Estados Unidos, Europa, Japón, Canadá, Reino Unido y Suiza. Las inyecciones de liquidez son en realidad préstamos a la banca a muy corto plazo que se hacen con el dinero que hay en las arcas de los bancos centrales. Las entidades financieras se prestan habitualmente ese dinero en el mercado interbancario. Pero desde el estallido de las hipotecas locas, los bancos no quieren prestarse dinero entre sí. El mercado no fluye, está seco, y para hacer frente a sus obligaciones los bancos acuden a la ventanilla del banco central en busca de dinero fresco, y a cambio depositan garantías.

Un operador de la Bolsa de Kuala Lumpur, ante un tablero con las cotizaciones de ayer.
Un operador de la Bolsa de Kuala Lumpur, ante un tablero con las cotizaciones de ayer.AFP

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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