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Reportaje:

Cómo ordenar la casa en un año

El secretario general ha dado un giro radical al PSM con escasa repercusión

Soledad Alcaide

Nuevo Socialismo fue el término que acuñó Tomás Gómez hace un año, cuando fue elegido nuevo secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), para denominar el proyecto de cambio que traía bajo el brazo. Aún hoy es difícil precisar en qué consistía, pero nadie puede negar que Gómez le ha dado la vuelta al partido como a un guante. Eso sí, no ha logrado la repercusión pública deseable para afianzar a un líder.

La tarea era difícil porque en este año el PSM tenía que adaptarse a su nueva dirección, asumir una catástrofe electoral en las autonómicas y municipales de 2007, batirse el cobre en las elecciones generales del pasado marzo y elaborar un nuevo programa político, que discutirá el cónclave que hoy comienza.

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Con la dificultad añadida de que Gómez llegaba con un equipo impuesto por el anterior secretario general (la mayoría de los cargos públicos fueron designados por Rafael Simancas), y que sobre todo en la Asamblea de Madrid no le ha facilitado el camino. Entre otras cosas, porque él trató de dirigir a los diputados y estableció reuniones los sábados por la mañana que no tuvieron el efecto deseado, porque fueron recibidas como un intento de controlar su trabajo.

El único conato de oposición que ha tenido el líder de los socialistas madrileños ha venido de la mano de los cargos afines a Simancas —a quien no le gusta la denominación de simanquistas—, pero que nunca han ido más allá y que ni siquiera presentarán una candidatura alternativa en el congreso, por no enfrentarse a la dirección federal. El diputado nacional Elviro Aranda es el portavoz del grupo y tacha a Gómez de actuar "con soberbia" y de "falta de claridad en su estrategia".

El mayor obstáculo para el alcalde de Parla ha sido no contar con un escaño para poder ejercer de portavoz de la oposición socialista a Esperanza Aguirre y estar atado a su trabajo como regidor. Trató de llevar la actualidad fuera de la cámara y hacer una oposición constructiva ofreciendo pactos a la presidenta, pero ésta no le dio cuartelillo.

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Poco a poco, Gómez ha ido rodeándose de un equipo afin y ha contado con el apoyo de la dirección federal para incluir a pesos pesados del socialismo en su equipo. También ha conseguido quitarse el sambenito de las familias, que esta vez no podrán repartirse el poder, porque ya está decidida la dirección que le acompañará en su más que probable reelección.

El mayor cambio del PSM se ha visto en la ponencia presentada para el congreso. Y es ahí dónde el secretario general ha hecho el trabajo en la sombra. Se ha reunido en más de 800 ocasiones con colectivos sociales y empresariales, fuera de los focos. Y esos encuentros han quedado reflejados en la ponencia.

Ángeles Álvarez, secretaria de Igualdad, recuerda como una de las más emotivas la reunión que mantuvieron con el colectivo de prostitutas APRAM, donde hablaron con víctimas de las redes de tráfico. Eso ha convertido al líder socialista en un "abolicionista" convencido, pero quiere que sea la sociedad la que debata la cuestión y así lo ha reflejado en la ponencia. El resultado de este borrador de programa es, según Gómez, "un auténtico proyecto de gobierno".

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

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