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Crónica:PEKÍN 2008 | Atletismo
Crónica
Texto informativo con interpretación

"He sufrido desde que salí"

María Vasco, tercera a dos kilómetros del final, acaba quinta en los 20 marcha

Un grito se abrió camino entre la espesa lluvia y el chapoteo de las marchadoras. "¡Con cabeza María, que llevas dos avisos! ¡Con cabeza, pero sin miedo!" Quedaban unos minutos para el final de los 20 kilómetros marcha, y María Vasco, empapada, sentía el bronce en las manos mientras buscaba la plata. Cabeceaba, sufriendo. Veía cómo Ryta Turava, subcampeona mundial en 2005, desistía y vomitaba con los dedos metidos en la garganta. Y soñaba. "¡María!, ¡María!, ¡Vamos María!", le animaban. "¡Con cabeza, María!". Y Vasco viendo por el rabillo del ojo a un saltimbanqui con los colores de España. Y Vasco salpicando en la oscuridad, ni un rayo de sol que iluminara su marcha anegada de agua. Y Vasco, la perseguidora, que ve cómo la noruega Platzer, su compañera en la caza imposible de la rusa Kaniskina, cambia, acelera y se marcha. Sola, Vasco se tambalea y es sobrepasada. Al final, quinta y récord de España (1h 27m 25s).

"Aguanté los 20 kilómetros con récord de España. Puedo decir que no es fácil"
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Un problema de mentalización

"Ha sido una competición muy dura", confesó después. "Me he encontrado mal todo el rato. He sufrido desde que he salido. No sabía qué podía hacer. He intentado ir con una sonrisa de oreja a oreja y pidiéndole a mi padre: 'por favor, intenta que llegue hasta el kilómetro veinte", prosiguió. "Estoy sorprendida por cómo he competido. Me encontraba mal y aguanté 20 kilómetros con récord de España. Puedo asegurar que eso no es fácil. Pensé: 'Me voy a morir aquí'..., pero uno nunca sabe cuáles son sus límites. Yo me sorprendo diariamente. Soy muy sufridora, pero no sabía que lo iba a pasar tan mal. He ido jugando un poco con mi cabeza, intentando pensar en cosas positivas, en que era el día de fiesta".

Con el pistoletazo de salida, la rusa Kaniskina, "una máquina", cogió diez metros de ventaja y ya sólo se preocupó de aumentarlos (1h 26m 31s, récord olímpico). Mediada la prueba, aventajaba al resto en 45 segundos. La española, bronce mundialista en 2007, sintió la responsabilidad de alcanzarla. Liderando el grupo, aceleró seleccionando a quienes lucharían por las medallas. Siempre se mostró delante, intentando ocultar sus debilidades, los pinchazos de antiinflamatorios en el trasero, y el sufrimiento del isquio. Entones, oyó el grito. "¡Con cabeza, pero sin miedo!". Y María, enrojecida y calada, se encontró luchando sola, ya lejos la noruega Platzer, plata, que le había marcado el ritmo; ya superada por la italiana Rigaudo, bronce, imparable en su cabalgada. "Llegó con mejores fuerzas", reconoció. "Yo iba muy al límite, y no pude hacer un último cambio. Se me resintió la pierna. Creo que ya me he lesionado del todo, que me he roto el isquio. Pensé, 'si me lesiono, me lesiono, ya tendré tiempo de recuperarme'. Vine a por una medalla, pero cuando uno se entrega, no se puede pedir más. Mis rivales han sido mejores".

La misma lluvia que cayó sobre la final de los 20 kilómetros marcha obligó a que la clasificación del salto de altura comenzara una hora más tarde y bajo una fina cortina de agua. Las circunstancias no afectaron a Ruth Beitia, clasificada sin agobios (1,93m). Por otra parte, Natalia Rodríguez e Iris Fuentes Pila se clasificaron para la final de 1.500 metros, mientras que Manuel Olmedo y Antonio Reina no estarán en la de 800. Nunca un español ha corrido una final olímpica en la distancia. Olmedo se quedó ayer a medio segundo. No fue el único decepcionado. El sudanés Kaki y el ruso Borzakovski, los dos favoritos, tampoco pasaron de semifinales.

María Vasco, entra quinta en los 20 kilómetros marcha de ayer.
María Vasco, entra quinta en los 20 kilómetros marcha de ayer.EFE

Chilla cumple su objetivo

A Mercedes Chilla el noveno puesto en la final de jabalina no le supo mal. Todo lo contrario. Era la primera mujer que conseguía disputar una final en esta disciplina, generalmente tan poco frecuentada en España. Tampoco era una casualidad. La atleta jerezana ya fue bronce en los europeos de Gotemburgo. "Se podría haber lanzado mejor, pero ésa es la competición", Chilla consiguió una marca de 58,13 en su tercer intento, muy lejos de su plusmarca nacional (63,20 m). "Ahora acudiré a los mítines que falten, pero primero me iré de vacaciones", explicó.

La medalla de oro fue para la checa Barbora Spotakova con un registro de 71,42, arrebatándosela a la rusa Mariya Abakumova, que iba líder desde el cuarto intento (70,78) y tuvo que conformarse con la medalla de plata. El bronce fue para la alemana Christina Obergfoll.

Mercedes Chilla, que según dijo logró su objetivo, se mostró contrariada por haber tenido que competir bajo la lluvia, ya que su carrera se vio alterada por ello. "La carrera ya de por sí en la calificación me dio problemas. La ajusté sin lluvia, cosa que luego se me ha vuelto a desajustar porque llovía. Iba con un poquito de miedo. Yo soy del sur, allí no llueve tanto y hoy hemos tenido estas condiciones difíciles", aseguró.

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