La memoria viaja a Salamanca

Hasta la peluca que ocultó a Santiago Carrillo irá a Salamanca. Y fichas de fusilados. Y carteles de exaltación patriótica. Y bandos de la Guerra Civil. Y las siniestras sentencias de tribunales de orden público. Y ridículos informes de censores. Y la literatura paralela creada por la Secretaría General del Movimiento, un aparte dentro del propio Estado. Tres años de guerra y 40 de dictadura podrán reconstruirse con precisión rastreando el contenido de las 157.000 cajas que saldrán este año del gigantesco Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares (Madrid), rumbo al futuro Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca.

EL GRAN ALMACÉN

175 kilómetros

El Archivo General de la Administración se creó en 1969 como un lugar "intermedio". En él se guardan todos los documentos que dejan de tener utilidad administrativa inmediata mientras no adquieren valor histórico. Medidos en estanterías, la unidad favorita de los archiveros, se extenderían a lo largo de 175 kilómetros. Los papeles que van a Salamanca liberarán el 10% del espacio: 17 kilómetros de estanterías o, lo que es equivalente, la distancia que separa Europa de África por sus puntos más próximos. Buena parte de la documentación sobre la represión interna se conserva gracias a la decisión de los archiveros de la época, que ignoraron las órdenes para destruir documentos, según el ministro de Cultura, César Antonio Molina.

LAS FICHAS MARCADAS Un millón de presos

Las rojas identifican a los presos que salieron en libertad condicional. Las que tienen una cruz hablan de un muerto. "Ejecutado", leyó ayer el ministro en una cartulina escrita el 9 de enero de 1943. El millón de fichas sobre presos almacenadas en este archivo van a digitalizarse este año. Abarcan desde la Guerra Civil hasta los estertores de la dictadura, como el juicio de 1973 contra sindicalistas de Comisiones Obreras, conocido como proceso 1001. Las sentencias -incluidas las de los aviesos tribunales de orden público- se guardan en la cuarta de las siete plantas del edificio.

EL OJO DEL MOVIMIENTO La ley de Suárez

"Era un estado dentro del Estado", afirmó ayer el director del Archivo General de la Administración, Alfonso Dávila, en uno de los pasillos centrales de la sección dedicada a la vastísima documentación generada por la Secretaría General del Movimiento. Cuarenta y tres años de la historia de España se pueden poner en pie con estos documentos. Y también la trastienda cuando todos los documentos sean accesibles (transcurridos 50 años desde la fecha del escrito). Hay informes que fueron reservados en su día, bandos de guerra, fichas de ex combatientes, información sobre el conglomerado mediático del Movimiento, planos de abastecimiento de transporte y también el proyecto de ley de reforma política del "Gabinete Suárez" de 1976. El original, con subrayados en dos colores y ya con la pátina amarilla de la historia.

CENSURA HIPERACTIVA 500.000 registros

Hay medio millón de registros de censura literaria almacenados en el Archivo. Incluido un informe que censuró unos poemas de juventud del actual ministro de Cultura. "He tenido ese honor", dijo Molina. Y añadió con ironía: "He tenido un lector profundo". Hay también un expediente del escritor Juan Goytisolo en defensa de jóvenes creadores. Y evidencias de que la lupa censora lo escrutaba todo, hasta tebeos sobre El Cid. "Biografía novelada para muchachos. Puede autorizarse", concluye un anónimo funcionario en junio de 1960.

FUENTES DISPERSAS Los papeles exiliados

El Centro de la Memoria Histórica -cuyo patronato nombrará hoy al director del centro- recibirá también 4.000 cajas que guarda el Archivo Histórico Nacional, además de donaciones de particulares y de fondos digitalizados de centros de los países que recibieron a exiliados españoles, como México, Francia o Rusia. En cuanto a los documentos que reclama la Generalitat de Cataluña, una comisión mixta se reunirá en julio para examinar 1.200 cajas y decidir qué documentos se enviarán para sumarse a los ya comprometidos (507 cajas).