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Dos capos huidos por miedo a ser asesinados

Pilar Bonet

Los rusos Alexandr Mályshev y Guennadi Petrov eran "figuras muy importantes" en los bajos fondos de San Petersburgo a principios de los noventa. El principal de ellos es Mályshev, que cumplió varias condenas en Rusia, y que, como Petrov, abandonó el país, porque "temía por su vida", según Andréi Konstantínov, director de la Agencia de Investigaciones Periodísticas de San Petersburgo y autor del libro Peterburgo criminal.

A Mályshev y Petrov les perseguían la policía y sus propios competidores, señala Konstantínov, que entrevistó a Mályshev para una película. Ambos estaban afiliados a la organización Mályshevskaya (llamada así por el apellido del capo). Las informaciones difundidas en España se refieren a la trama Tambóvskaya-Mályshevskaya, pero los especialistas rusos afirman que Tambóvskaya y Mályshevskaya eran dos organizaciones diferentes e incluso enfrentadas, aunque durante una de las detenciones de Mályshev algunos de sus hombres se pasaran a la Tambóvskaya, ésta dirigida por Vladimir Kumarin, otra "autoridad criminal", preso en Rusia desde 2007. No hay constancia de ninguna conexión del primer ministro ruso Vladímir Putin cuando fue vicealcalde de San Petersburgo con los detenidos en España.

Mályshev, nacido en 1958, se dedicó de joven a la lucha. Le juzgaron por primera vez en 1977 por asesinato con premeditación. La segunda, por homicidio accidental. Tras la desintegración de la URSS, Mályshev se dedicó a negocios varios como comercio de antigüedades, restaurantes, venta de automóviles, el juego y el mundo del espectáculo. Una parte de sus empresas, señala el investigador, eran legales y otra, clandestina, como la fabricación de revólveres de poco calibre.

En San Petersburgo se había fundado un "imperio criminal" cuyas actividades se extendían a otras regiones de Rusia, a la ex URSS y al extranjero. Ese imperio estaba dividido entre grupos de 50 a 250 personas. Sus dirigentes se reunían en un hotel de la ciudad para tratar operaciones conjuntas y estrategias de futuro. Mályshev fue arrestado en 1992 y en 1995 y condenado a dos años y medio por tenencia ilegal de armas. Casado con una latinoamericana, Malyshev adoptó el apellido de su esposa, González, y se estableció en Málaga. Los hijos de Petrov y Mályshev fundaron la cadena de joyerías 585 de San Petersburgo, según medios de información rusos. Konstantinov recuerda a Mályshev como un "hombre muy seguro de sí mismo", que se expresaba con desparpajo, y que, años más tarde, se negó a ser entrevistado de nuevo en España: "Pensaba que mi libro le había perjudicado mucho".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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