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Las terrazas (ahora) cumplirán la ley

El Ayuntamiento comienza, tras años de permisividad, la regularización de todos los veladores - Santa Ana, Argumosa, Gran Vía y Dos de Mayo, los primeros

A veces, el funcionamiento de los pequeños pueblos está configurado por una serie de pactos tácitos, costumbres arraigadas, entre la población y la Administración. Inercias que no son legales pero que, bueno, se consienten. Un limbo que jurídicamente los interesados definen como alegalidad y que en algunos municipios de mayor tamaño, sorprendentemente, se da con la misma intensidad. Y así, más o menos, es como funcionaban hasta el jueves pasado las terrazas de la plaza de Santa Ana de la capital de España. Pero lo mismo sucede con muchas de las 2.500 que hay en toda la ciudad. El Ayuntamiento se ha propuesto, tras años de permitir la ley de la selva, poner fin a esta situación.

"En el pasado se llegó a acuerdos con los bares", dice el concejal de Centro
Los quioscos de la plaza de Santa Ana también tienen los días contados

En Santa Ana, 10 bares tenían mesas y sillas en los laterales y en el centro de la plaza desde hacía años. Pero no tenían licencia. Lo sabían ellos, lo sabían los vecinos y lo sabía el Ayuntamiento. Pero vivían con el consentimiento de la Administración y pagaban, cada cierto tiempo y retroactivamente, un importe que el Consistorio asegura que era como sanción tributaria por ocupación indebida. Para ellos, en el fondo, una cuota.

La semana pasada se acabó. El Ayuntamiento barrió las terrazas de los laterales y pintó en el suelo los límites de la nueva ubicación en el centro de la plaza. Aplicó la ley que dice que no caben mesas ni sillas en aceras con un ancho menor a 4,5 metros y avisa de que va a ir a por todas las del distrito Centro.

Y los comerciantes están que trinan, claro. Han perdido mesas, clientes y una facturación que estiman alrededor del 40%. Pero el concejal de Centro (151 terrazas de bares), Enrique Núñez, que ha estrenado distrito en esta legislatura, no tiene duda de la conveniencia de la medida y quiere poner orden en la jungla. "Era una situación de alegalidad total. La gran mayoría de esos bares no tenía licencia. Es cierto que en la pasada legislatura se llegó a acuerdos con ellos, pero los vecinos llevaban mucho tiempo pidiendo que se regularizara".

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Y los vecinos están contentos, pero piden más. "Lo que pasaba en Santa Ana existe en otros sitios. Me extraña que hubiera terrazas irregulares y que las hayan legalizado ya todas", señala Juan Carlos Mora, de la asociación de vecinos del barrio de las Letras. "Pero es que si las han regularizado todas, también estamos en contra. Eso es una plaza pública para el disfrute de los vecinos, para que haya zonas verdes. No un espacio para el negocio de unos cuantos".

Y esos cuantos, cada uno con sus argumentos, se quejan de que les han hecho polvo el negocio. El restaurante Viña Pe, por ejemplo, tenía desde hace seis años 12 mesas en la acera, en uno de los laterales de la plaza reservado a peatones. Una acera de unos ocho metros. Pero se las han quitado todas y le han dejado con las 10 que ya tenía en la plaza. "Estas mesas no molestaban a nadie. Llegaban a la mitad de la acera. Quedaban cuatro metros para pasar", protesta el dueño. Pero el Ayuntamiento es inflexible: "Ese restaurante no tenía la licencia".

Ahora, anuncia Núñez, todos tienen que pagar. Concretamente 37,42 euros por metro cuadrado ocupado. El espacio donde los bares pueden instalar su tenderete se mide en función de la superficie de la fachada del establecimiento. Por eso, como se quejan algunos comerciantes, unos tienen más mesas que otros. En cualquier caso, explica Núñez, "ninguno tendrá menos de 12".

Los tres quioscos de refrescos que hay en medio de la plaza desde hace años también van a desaparecer. El Ayuntamiento planea "reordenarlos" porque tienen una concesión antigua que pronto expirará.

Pero el Consistorio, ahora que viene el buen tiempo y que está a punto de estrenar la nueva ordenanza de terrazas, se ha puesto duro. Santa Ana no ha sido la primera ni la última. El plan de regularización empezó por la plaza Mayor y ahora se extenderá a la calle de Argumosa (ha empezado esta semana a regularizarse y los que no tengan licencia perderán la terraza o algunas mesas), Gran Vía y la plaza del Dos de Mayo. Y es que la situación del limbo legal se extiende por todo Madrid. De las 2.500 terrazas que hay en la capital, 1.729 eran irregulares durante las inspecciones realizadas en 2005.

Terrazas de la plaza de Santa Ana con las marcas pintadas en el suelo que limitan el espacio que pueden ocupar.
Terrazas de la plaza de Santa Ana con las marcas pintadas en el suelo que limitan el espacio que pueden ocupar.GORKA LEJARCEGI

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