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Touriño defiende en Madrid su política "centrada y responsable" sobre el gallego

El presidente insinúa el posible adelanto de las elecciones de 2009

Pablo Ximénez de Sandoval

De aquí a las elecciones autonómicas, Galicia va a vivir una verdadera campaña en contra de la política lingüística de la Xunta. Los responsables serán "todos los órdenes de la derecha, no sólo la derecha política". El pronóstico lo hizo ayer en la Casa de Galicia en Madrid el presidente, Emilio Pérez Touriño. En su opinión, el Partido Popular es el principal interesado en presentar el asunto en términos de conflicto. "Es un ejemplo de la desesperación e inutilidad de la oposición", dijo.

"Madrid y Cataluña deben entender que hay otra España, con otros problemas"

El presidente llegó a parecer incómodo ante la insistencia de la prensa en preguntar por el supuesto conflicto lingüístico de Galicia. "El PP quiere presentar este tema como una división", dijo. "Se va a desencadenar una ofensiva". Touriño reiteró después el argumento de que "la posición de la Xunta es centrada y responsable", hasta el punto de que las críticas más fuertes a su gestión vienen de las organizaciones galleguistas. "La lengua es un factor de integración del país", quiso insistir ante un auditorio descreído.

Específicamente sobre las elecciones gallegas, previstas en principio para junio de 2009, admitió que los ciudadanos deberían poder votar "en clave de país". El detalle fue interpretado como una posibilidad de adelantar las elecciones gallegas, para que no coincidan con las europeas que deben celebrarse en las mismas fechas y contaminarían el debate autonómico.

El presidente gallego coincide con sus homólogos en que "el traje de la financiación se ha quedado estrechísimo". Es necesario un incremento en los recursos financieros de las comunidades autónomas acorde con el incremento del coste de los servicios que éstas prestan a los ciudadanos.

A pesar de ser este el punto de partida de la propuesta de Cataluña para reclamar una nueva financiación, Touriño estableció ayer claramente las diferencias entre las necesidades de unas comunidades y otras. En el cálculo de los gastos "deben ser tenidos en cuenta factores decisivos, como el envejecimiento de la población y la dispersión". El presidente de la Xunta puso un ejemplo muy gráfico: "El transporte escolar en Galicia cuesta 120 millones de euros [por la dispersión de la población], mientras que en Madrid cuesta 48 millones". Otro ejemplo: "No es lo mismo el gasto sanitario de una persona de 30 años que el de una de 65 años", dijo Touriño.

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Cataluña basa sus reclamaciones en que el aumento de población, sobre todo debido a los inmigrantes llegados en la última década, ha dejado obsoletos los cálculos de las necesidades financieras de las comunidades para prestar servicios sociales básicos. En este análisis coinciden las comunidades ricas como Madrid, Comunidad Valenciana y Baleares.

La Xunta pretende que se tengan en cuenta, además del aumento de población, esos aspectos propios de la población gallega. "Hay que entender la diversidad y garantizar la cohesión", explicó Touriño. "Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana tienen un aumento de población. Lo entiendo. Pero ellos deben entender que hay otra España, que tiene otros problemas. Hay que buscar un punto de equilibrio". Preguntado específicamente sobre si Cataluña (gobernada por el PSOE en coalición con nacionalistas de izquierda, igual que Galicia) se opone a las pretensiones de Galicia, Touriño eludió entrar en detalles: "Ellos defienden sus necesidades y nosotros las nuestras. Llegaremos a un acuerdo".

Los objetivos de ese acuerdo deben ser la "equidad" y la "justicia". "Debemos asegurarnos de que todos los españoles tengan los mismos servicios a igualdad de esfuerzo fiscal vivan donde vivan".

Touriño aprovechó también para hacer balance de sus casi tres años de Gobierno en coalición. "Hemos recuperado la confianza y la autoestima de la sociedad civil", dijo en tono triunfalista. En su opinión, Galicia vive una "mutación sin precedentes de la sociología electoral", que se notará en las próximas elecciones como ya se ha notado en las generales de marzo.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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