El líder del PP ve "legítima" la reclamación financiera catalana
El PP sabe que tiene su gran agujero negro en Cataluña. De hecho, este problema está en el eje de la nueva estrategia de Mariano Rajoy para suavizar su discurso y evitar el rechazo que su partido genera en esta comunidad. El líder del PP dio una primera muestra de por dónde van a ir los tiros a partir de ahora. Para empezar, dijo que ve "legítimas" las reclamaciones de una mejor financiación por parte de los catalanes. Y también de una mayor corresponsabilidad fiscal. Incluso admitió, algo poco habitual en el PP, que Cataluña tiene un claro déficit de infraestructuras y se mostró a favor de que se publiquen las balanzas fiscales.
Pero también reivindicó la posición de su partido. Primero, las modificaciones del sistema de financiación se deben aprobar "por unanimidad" de todas las autonomías. Y sobre todo defendió su recurso de constitucionalidad contra el Estatuto catalán, aunque con más suavidad que nunca. "Yo estoy a lo que diga el Tribunal Constitucional. Yo creo en las reglas de juego", insistió.
Rajoy respaldó la posición tradicional del partido apelando a que nadie quiso negociar el Estatuto con el PP. "Es la percepción que tengo, aunque me puedo equivocar", añadió con humildad. Incluso citó al defenestrado Josep Piqué, presente en la sala como miembro de la dirección del Círculo de Economía.
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