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Los agricultores multiplican los regadíos a pesar del ciclo de sequía

400.000 hectáreas de olivo pasaron a irrigadas en el Guadalquivir de 1992 a 2005

Ginés Donaire

La superficie de regadío en Andalucía se ha disparado en los últimos años, una situación que ha coincidido, paradójicamente, con el ciclo de sequía que padece la comunidad. La búsqueda de una mayor productividad, en unos años en los que las dotaciones de agua por parte de los organismos de cuenca se han reducido sensiblemente, ha llevado a miles de agricultores a introducir sistemas de riego al margen de la ley, con la proliferación de pozos subterráneos que han provocado en muchos casos la sobreexplotación de acuíferos.

La superficie regada supone el 60% de la producción final agraria de Andalucía

El caso más significativo es el de la cuenca del Guadalquivir, que concentra el 76% de toda la superficie de regadío de la comunidad y donde más de 400.000 hectáreas, la mayor parte de ellas de olivar, se transformaron de secano a regadío durante el periodo 1992-2005.

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Feragua, advierte de que esta situación está llevando a la cuenca del Guadalquivir a una situación "completamente insostenible" y apunta que es la causante directa del déficit hídrico (situado en 750 hectómetros cúbicos), que ha dado lugar en los últimos años a restricciones de más del 50% para los regantes del sistema de regulación general. "Ha existido una actitud tolerante de las administraciones en el crecimiento de la superficie de regadío, pues han permitido la política de hechos consumados y han colaborado para legalizar situaciones que han tensionado la cuenca de una manera extraordinaria", señala el secretario de Feragua, Pedro Parias.

Un estudio de los profesores Berbel y Mesa-Jurado, de la Universidad de Córdoba, presentado durante el Simposio del Agua en Andalucía que se clausuró ayer en Baeza (Jaén), da las claves de este crecimiento espectacular del regadío: se estima que el valor añadido bruto es 6,5 veces mayor para la agricultura de regadío que para la de secano, mientras que una hectárea de riego genera 3,5 veces más empleo. Estamos, por tanto, ante un sector estratégico que ocupa el 22% de la superficie agraria útil andaluza, el 60% de la producción final agraria (4.570 millones de euros en el ejercicio de 2006), un 50% del empleo agrario andaluz y el 15% del empleo total regional.

Los seis principales cultivos de regadío consumen el 82% del agua, representando el olivar el 45% de la superficie y el 31% del agua captada; el algodón el 10% y el 17%, respectivamente; el arroz el 5% y el 12% del agua; el maíz el 6% y el 10%; las hortalizas el 6% y 7%; y los cereales de invierno (principalmente trigo), suponen el 8% y el 6%. Esos porcentajes tienden a variar en las últimas campañas, en parte por la introducción de nuevos cultivos, como son los casos de los críticos, en la zona baja del Guadalquivir, o los subtropicales, en la costa granadina. No obstante, el agua que consumen se ha compensado con la sensible reducción de las superficies de la remolacha o el algodón a consecuencia de las reformas comunitarias.

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La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir establece en el Acuerdo por el Agua que "es imprescindible que el regadío, como principal consumidor de recursos, no siga tensionando el precario equilibrio de la cuenca, lo que obliga a plantearse su limitación". De hecho, el organismo de cuenca cerró la puerta con ese documento a nuevas zonas regables, con la excepción del riego de apoyo al olivar de Jaén que recibía concesiones de aguas invernales. En este sentido, Feragua denuncia el retraso de las obras de mejora y consolidación del regadío de las Vegas de Jaén, que afectan a más de 20.000 hectáreas. Para la principal federación de regantes andaluza, sólo en la provincia de Huelva, donde hay un superávit hídrico acreditado, existe un cierto margen para el incremento de la superficie de riego.

Con todo, los agricultores defienden el esfuerzo realizado en los últimos años para la modernización del regadío, con más de 300.000 hectáreas con proyectos ejecutados o en marcha y una inversión superior a los 1.500 millones de euros. Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores, destacó que los nuevos sistemas de riego permiten ahorrar más del 15%.

Instalación de riego en un campo de remolachas
Instalación de riego en un campo de remolachas

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