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Gregorio Marañón, hijo adoptivo de Toledo

El presidente de la Real Fundación de Toledo, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, recibió ayer el título de Hijo Adoptivo de la capital castellanomanchega en la Sala Capitular del Ayuntamiento. "No es la ciudad en la que nací, sí la que yo escogí libremente como mi ciudad de pertenencia", dijo Marañón al recoger el nombramiento. "A nada más puede aspirar un ciudadano que a ser honrado por su ciudad como lo he sido yo por este Ayuntamiento", añadió.

El presidente del Congreso de los Diputados y ex responsable de Castilla-La Mancha, José Bono, definió el acto como la representación de "una comunidad de afectos" en torno a Gregorio Marañón, de quien resaltó que venga "a quebrarse la cabeza por la ciudad". José María Barreda, presidente regional, destacó la capacidad de consenso y la prudencia de Marañón. Y el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, habló de la "comprometida personalidad de este nuevo hijo de la ciudad, que ha enseñado cómo deben relacionarse las distintas administraciones con sus administrados".

En el acto estuvieron presentes, entre otros, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares; la presidenta regional del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, y el presidente de la Diputación, José Manuel Tofiño.

Gregorio Marañón, tras recibir el título de Hijo Adoptivo. A la derecha, el alcalde Emiliano García Page.
Gregorio Marañón, tras recibir el título de Hijo Adoptivo. A la derecha, el alcalde Emiliano García Page.C. A.

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