"¿Tiene alguien un discurso?"

A Raúl no le gusta hablar en público. Parece que el capitán del Madrid se siente incómodo con los temas de protocolo. Y ayer, en la visita de la plantilla al Ayuntamiento y a la Comunidad para celebrar la consecución del 31º título de Liga, la presidenta, Esperanza Aguirre, le hizo una encerrona. "Y ahora tiene la palabra Raúl González Blanco", anunció una azafata.

Raúl no se lo podía creer. Acababa de ayudar a Aguirre a colocarse el cuello de la camisa después de que se quitara la elástica blanca, regalo que le entregó Ramón Calderón, el presidente madridista. No estaba previsto que el capitán hablara durante la entrega de placas, pero Aguirre estaba encantada con la idea. No tanto Raúl, que no pudo controlar la risa haciendo como que buscaba algo en los bolsillos. "¿Tiene alguien un discurso?", preguntó mirando a su alrededor. Nadie lo tenía, no. Y, entre las carcajadas de sus compañeros, improvisó: "Hemos encontrado el camino. Esta plantilla está llena de valores. Creo que la unión es lo que nos ha hecho grandes".

"La unión es lo que nos ha hecho grandes", destaca Raúl, el capitán

Schuster: "Para mí, es algo especial. Es la primera vez que vivo todo esto"

Cuando volvió a su sitio, Bernd Schuster, el técnico, le felicitó irónicamente. Luego, cuando salió al balcón de la Comunidad, los centenares de aficionados que aguardaban la espera, ya no le dejaron hablar. "¡Raúl, selección!", volvió a ser el grito de batalla.

Para bromas también estaban el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y, cómo no, Pepe y Diarra por un lado, y Van Nistelrooy y Cannavaro por otro. "Ah, se me olvidó una cosa", dijo Gallardón tras entregar las medallas y cuando media equipo se estaba encaminando ya a tomar un aperitivo. Regresaron todos a la sala y, entre la sorpresa general, el regidor cogió el micrófono: "¡A ver si el año que viene ganáis la Champions!".

En el clima de chistes y novatadas, Diarra quiso ser periodista por un día y Cannavaro advirtió a Van Nistelrooy -su rival en la Eurocopa- de lo que le espera en Austria y Suiza. "Como te pases, te parto una pierna", dijo el italiano al holandés, tan despistado que ni se enteró de que el viaje a Arabia Saudí para disputar un amistoso era ayer: "¿Seguro que no nos vamos el martes?". El malí, en cambio, consiguió robar un micrófono y se acercó a Pepe, que estaba atendiendo a la prensa. "Perdón, yo también tengo una pregunta para usted", le dijo tocándole la espalda entre risas. "Aunque no sepa quién es, venga", le contestó Pepe. Y Diarra: "Me gustaría saber donde estaba en el primer gol del Levante". La respuesta del portugués fue un empujón.

Drenthe casi se fue sin dejar su firma en un registro colocado en uno de los salones de la Comunidad. A su lado, Schuster y Heinze se paseaban como si estuvieran en un museo, nariz arriba y ojos como platos. "Para mí, es algo especial. Es la primera vez que vivo todo esto", se sinceró el alemán.

A la vuelta de Riad, no habrá vacaciones. Los que no viajen con sus selecciones se entrenarán durante diez días alternos.