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Tribuna:Dinero & inversiones
Tribuna
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El factor humano

En todas las profesiones se valora a las personas: médicos, abogados, pilotos de fórmula 1... Piensen en cualquier actividad y lo primero que les vendrá a la cabeza es la calidad, experiencia y, en definitiva, el talento del profesional que la ejerce. He dicho en todas las profesiones porque creo que debería ser así; sin embargo, al menos en España, hay una excepción: los gestores de fondos de inversión.

Pese a que ganar dinero en los mercados financieros y, sobre todo, superar de forma habitual a los índices de referencia es un auténtico arte, en nuestro país el 90% de las veces que se elige un fondo de inversión se hace sin tener en cuenta quién es el gestor.

Y da igual que quien elija el fondo sea un profesional o un inversor aficionado. Todo el mundo elige el mejor fondo de los últimos equis años. No se tiene en cuenta, por ejemplo, que el gestor del fondo de inversión puede haber cambiado (los gestores también se mueven de una empresa a otra empresa), o cuál es su estilo de gestión.

La comunidad inversora española debe valorar más al gestor de fondos
Paramés, Guzmán, Lardíes o Carranza formarían el 'dream team' doméstico
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Cada gestor tiene un estilo propio y a cada escenario de mercado corresponde una estrategia diferente de gestión. Por ejemplo, los años noventa del pasado siglo fueron favorables al estilo conocido como de crecimiento -gestores que se fijan más en las perspectivas de crecimiento de una empresa que en su valoración por análisis fundamental-, mientras que gran parte de la década actual ha sido propicia para los gestores de valor, que basan sus decisiones en el análisis fundamental.

No nos engañemos: para acertar en la elección de un fondo hay que acertar en la elección del gestor. Lo que aquí es habitual (basarse sólo en las clasificaciones o ranking), en países más avanzados es una auténtica aberración financiera.

En Estados Unidos, por ejemplo, los premios de la industria de la inversión se otorgan a los gestores, no a los fondos. Por eso no es extraño que sea en una zona financieramente avanzada y de clara influencia anglosajona donde se haya lanzado un fondo cuyo gancho de marketing es precisamente que sigue de diversas formas la estrategia de inversión de varios gestores de primer nivel.

La iniciativa puesta en marcha por Barclays no debe verse como una panacea, sino como una buena solución para un inversor de perfil de riesgo medio con estrategia a largo plazo. Para empezar, el fondo invierte en varios tipos de activos, por lo que cuando suban las Bolsas le superarán muchos fondos puros de renta variable, ya que también invierte en bonos y materias primas. Esta diversificación por activos y buenos gestores es lo que lo hace interesante, si es eso lo que se busca.

Es importante insistir en que el perfil adecuado para invertir en este fondo es el del inversor con un horizonte temporal de largo plazo, porque los gestores seleccionados tienden más a mirar a largo que a corto. La especialidad de gestores como Warren Buffett o Mark Mobius es el largo recorrido, no la distancia corta.

Para quien se pregunte sobre la viabilidad de esta iniciativa en el mercado español, la respuesta es clara: funcionaría, pero no tendría el mismo éxito que en el mercado norteamericano o británico. Aquí son pocos los inversores -profesionales incluidos- que valoran el papel de los gestores en los fondos. Ya sé que parece increíble, porque es como no valorar a los cirujanos en los hospitales, pero es rigurosamente cierto.

Sin embargo, pese a esta situación, lo que no faltan en nuestro país son profesionales de nivel. Gestores como Paramés y Guzmán (Bestinver), Lardíes (Rothchild) o Thomas de Carranza (Valórica) podrían estar en un dream team de renta variable española, pero mucho me temo que tendrán que pasar unos cuantos años hasta que la comunidad inversora española se dé cuenta de que en la gestión hay algo más importante que cualquier ratio: el factor humano. -

Víctor Alvargonzález es consejero delegado de Profim, Análisis y Selección de Fondos.

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