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Reportaje:

"Nos sentimos muy culpables"

Xavi señala a los jugadores como responsables del despido de Rijkaard en el Barça

Jordi Quixano

Hace dos semanas, iracundo, lamentó con acidez que desde fuera se sustantivara el momento del Barcelona como crisis deportiva. Ya no. Xavi Hernández, centrocampista y tercer capitán azulgrana, admitió ayer sin pudor que el club está inmerso en una crisis que contabiliza dos cursos consecutivos sin ganar ningún título y que es tan lógico que se proceda a los despidos como que se tire de fichajes para remozar la cara del equipo. Entre ellos, el relevo del banquillo, como anticipó Joan Laporta, el presidente del club. Entra Pep Guardiola, del filial; sale Frank Rijkaard. "La mayor parte de la culpa la tenemos los jugadores", confesó Xavi un tanto afligido.

Por la mañana, Rijkaard reunió a la plantilla sobre el césped del Miniestadi para dirigirle un discurso breve, una despedida anticipada: "Hay que acabar la temporada de la forma más digna posible". "Estaba muy sereno", contextualizó Xavi, "y nosotros acatamos la decisión de la directiva de echarle, pero nos sentimos muy culpables porque somos los principales actores".

"El 'míster' tiene parte de culpa, pero podíamos haber hecho mucho más"
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"Nos hemos dejado arrastrar por la autocomplacencia y algunos jugadores se han extralimitado", dijo Laporta hace un año, cuando el Barça perdió todos los títulos. En este ejercicio, sin ayuda de la directiva, Rijkaard no lo ha remediado. Así, el equipo se ha autogestionado al punto de que se han producido lesiones misteriosas -Deco, Ronaldinho y Márquez -, se ha llegado tarde a las citaciones -Eto'o, tras la Copa de África-, y han existido salidas de tono -Edmilson y Eto'o. En ningún caso se han aplicado castigos ejemplares.

Anteriormente, también se le achacó a Rijkaard que formara la alineación en el clásico del Camp Nou, contra el Madrid, atendiendo a los galones, no al estado físico, o que antes de la Supercopa europea de 2006, en Montecarlo, los jugadores realizaran anuncios. Tácticamente, además, el equipo no ha tenido recursos; el 4-3-3 perdió su funcionalidad porque carecía de extremos y de las rupturas que garantizaba Ronaldinho por el costado.

"El míster tiene parte de culpa, pero nosotros podíamos haber hecho mucho más", le defendió Xavi, que no dudó en elogiar su personalidad: "Ha calado en el vestuario y siempre nos ha tratado maravillosamente. Ha sido benévolo y ejemplar para todos".

Para Xavi, el motivo del despido son los resultados: "Dos años sin títulos es algo que este club no se puede permitir. No es un fracaso porque hemos disputado dos semifinales. Pero no hemos estado a la altura en la Liga. Creo que, si hubiésemos ganado algo, Rijkaard seguiría". No lo hará. "Guardiola se ha criado aquí, tiene mucha personalidad y experiencia y siempre le ha gustado leer el juego. También mandar", le definió.

Barcelonista hasta la médula, Xavi salió enrabietado del Bernabéu: "Sentí impotencia porque, a pesar de que tácticamente no estuvimos bien, el arbitraje fue nefasto y se equivocó en tres de los cuatro goles". Fue la gota que colmó el vaso de la temporada: "Actitud nunca ha faltado y quiero creer que compromiso tampoco. Pero lo hemos dado todo, no ha funcionado y estamos en una crisis".

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