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Reportaje:RUTAS URBANAS

Esperando a Niemeyer

Avilés vive una transformación prodigiosa tras su negro pasado siderúrgico

Avilés tiende a mantenerse casi idéntico a sí mismo durante mucho tiempo, pero de repente sufre auténticas convulsiones que lo transforman. Eso es lo que ocurrirá tras el efecto Niemeyer.

Desde el monte de la Luz se comprende la ciudad de un vistazo. La ría como eje, a un lado el casco antiguo y al otro la industria siderúrgica que supuso un conflictivo y espectacular renacimiento hasta que vino la crisis, con la reconversión industrial de los años setenta. Junto a la chimenea humeante y las baterías de cock de Arcelor Mittal, la primera siderúrgica mundial, se ve el solar donde se construye el Centro Internacional Niemeyer. Al borde de la ría, la elección de este emplazamiento ha sido pura suerte. Cuando Óscar Niemeyer (Río de Janeiro, 1907), un mito de la arquitectura mundial, regaló este proyecto a Asturias, su destino era Oviedo, pero allí no disponían del terreno adecuado y así, de rebote, a Avilés le tocó la lotería. Entre el temor y la esperanza, la ciudadanía aguarda el futuro mientras que los empresarios y otras fuerzas vivas ya están moviendo ficha.

Con ese mapa al natural por delante, el historiador Juan Carlos de la Madrid, que aunque ronda los 40 años ha publicado 11 libros sobre Avilés, resume cómo ha sucedido todo en una urbe que tiene mil años de historia: "Con el puerto como razón de ser, a lo largo de nueve siglos se fue constituyendo como una villa pujante y además preciosa desde el punto de vista urbanístico, que tuvo el monopolio de la sal y un importante comercio marítimo".

A partir de 1950 desembarcó una siderurgia descomunal, que competía en superficie con la propia villa, la sustituyó y mandó sobre ella. Con el aluvión de trabajadores, en menos de una década el número de habitantes se duplicó dos veces. En los años sesenta y setenta, más que una ciudad, Avilés era una fábrica y alcanzó el penoso récord de ser la ciudad más contaminada de Europa junto a Katowice (Polonia). Ahora está menos contaminada que Madrid, desde luego, y quizá también menos que Oviedo. Ha limpiado su ría y rehabilitado su casco histórico.

Dos kilómetros de soportales

Con 85.000 habitantes y 25 kilómetros cuadrados, aquí la historia simplemente se ve y te sale al paso. La estación de cercanías se inauguró como provisional en 1922 y sigue tal cual en pleno funcionamiento. Un tranvía de madera, pintado de amarillo, hizo aquí su última parada justo antes de que el siglo XX entrara en la década de los sesenta.

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Por sus tres millas de muelles se vive el ambiente marinero, y hay que colarse en la rula para ver cómo se subastan cajas de merluzas, andaricas y cabrachos. Un mundo que aún se entiende en su código cifrado. El actual barrio de Sabugo fue un pueblo de pescadores independiente, que no se unió a la ciudad hasta que se desecó esta zona de marisma en el siglo XIX. Su plaza del Carbayo conserva varias casas medievales pintadas de colores junto a la iglesia vieja, que empezó siendo románica y acabó transitando al gótico.

Cerca, la plaza del Mercado, con su simetría y sus miradores de madera, es una de las joyas arquitectónicas más seductoras de la ciudad. En su centro está la plaza de Abastos, que acoge el mercado de los lunes, que se sigue celebrando desde que reinaban los Reyes Católicos. El palacio de Camposagrado, el más sobresaliente de los varios que hay en la villa, tiene en su fachada sur uno de los mejores ejemplos del barroco asturiano. Ahora es la sede de la Escuela de Arte Superior de Asturias, y cerca se está construyendo el Centro de Interpretación de Historia Urbana, que acogerá el flujo de visitantes que tendrá el Niemeyer.

Declarado conjunto histórico artístico monumental, el casco antiguo de Avilés es uno de los mejor conservados del norte de España. Con dos kilómetros de soportales, está formado por una sucesión de plazas y jardines, iglesias y palacios que dan fe de su evolución, de la Edad Media al modernismo. Actualmente, su centro es la plaza de España, donde está el Ayuntamiento y, enfrente, el palacio de Ferrera (siglo XVII), que se ha convertido en el único hotel de cinco estrellas, de momento.

Su dueño, Carlos Antuña, tiene ya otros dos proyectos hoteleros en marcha: "El primero ocupará el histórico palacio de los Alas más un edificio adjunto de nueva construcción, tendrá 60 habitaciones y prevemos abrirlo en 2010. El otro es una torre de 20 o 30 plantas y al menos 250 habitaciones que esperamos inaugurar en 2015, frente al Niemeyer y junto a la nueva estación de trenes y autobuses". Según lo previsto, la diseñará Norman Foster, único arquitecto ganador del Premio Príncipe de Asturias que no tiene obra en el Principado.

Una cita en el Tataguyo

La plaza del Carbayedo es el punto de encuentro para tomar vinos y comer. En una casita baja en el soportal está el restaurante Tataguyo, un clásico fundado en 1845. Allí acude el personaje del momento, Natalio Grueso, director del Centro Internacional Niemeyer. Lleno de energía y sorprendentemente tranquilo, parece tener bajo control el magno proyecto: "Las obras ya han empezado y el centro estará totalmente operativo a finales de 2010. También está en marcha la red que hemos creado para coproducir actividades culturales con siete de los principales centros del mundo".

En conjunto, esos siete ases de la gestión cultural, del Lincoln Center de Nueva York al Foro de Tokio o la Biblioteca de Alejandría, reciben al año 20 millones de visitantes. Por su parte, y como referente más próximo, el Guggenheim de Bilbao cuenta ya con más de un millón de visitas anuales.

El comité asesor está integrado por grandes figuras de la cultura que, además de apoyar con su nombre, trabajan activamente. Woody Allen ha rodado en Avilés su última película, que se estrenará en otoño, y es el principal inspirador del futuro Film Center, para el que se baraja la posibilidad de crear un centro de producción de guiones. Para 2008 ya hay actividades programadas, como la presentación de los últimos libros del científico Stephen Hawking y la escritora Fátima Mernissi, o la celebración de los 20 años de El alquimista (29 de mayo), con su autor, Paulo Coelho, y sus editores en 85 países. Los mejores arquitectos iberoamericanos y de otras latitudes se concentrarán aquí en uncongreso (noviembre), y a partir de 2009, las Bienales Iberoamericanas de Arquitectura tendrán su sede en el Centro Niemeyer.

De momento, todo esto ocurrirá en el teatro Palacio Valdés, que se edificó en los años veinte por suscripción popular, con un aforo de 1.000 plazas cuando la ciudad tenía 12.000 habitantes. "Queremos ser un imán cazador de talentos y atraer a los menores de 25 años, por eso el Niemeyer tendrá una potente vertiente educativa", precisa Grueso. En esa línea, Kevin Spacey, actor y director artístico del teatro Old Vic de Londres, ha invitado a 20 chavales asturianos a presenciar su obra.

Echando a volar la imaginación, Natalio Grueso ve así el centro acabado y en funcionamiento: "Imagino unos edificios espectaculares de un blanco nuclear, en un paisaje verde y de mar. Como una gran plaza pública llena de gente joven trabajando y divirtiéndose al aire libre. De una manera más gráfica: como la Ópera de Sidney".

En esta pequeña ciudad todavía se conoce todo el mundo, se improvisan las citas y todo se hace andando. Algo de eso pasará a la cuenta de lo que el viento se llevó, pero las ganancias serán mucho mayores. Quien conozca Avilés ahora percibirá su transformación como un prodigio.

Soportales en la calle de Bances Candamo, en el céntrico barrio avilés de Sabugo.
Soportales en la calle de Bances Candamo, en el céntrico barrio avilés de Sabugo.SANTI BURGOS

GUÍA PRÁCTICA

Dormir- Nh Palacio de Ferrera (985 12 90 80; www.nh-hotels.com). Plaza de España, 9. En pleno centro. La doble, a partir de 91 o 121 euros.- Vincci Balagares (985 53 51 57; www.vinccihoteles.com). Avenida de los Balagares, 34. Corvera. Desde 60 euros.- Arte Hotel (www.rusticae.es; 985 59 81 11). Ballota, s/n. Cudillero. Un refugio de vanguardia entre maizales, rodeado de playas. De 40 a 90 euros.Comer- Casa Tataguyo (985 56 48 15). Plaza del Carbayedo, 6. Cocina tradicional impecable. Alrededor de 40 euros.- Germán (985 56 48 11). Emile Robin, 11. Decoración años setenta. 20 a 25 euros; menú del mediodía, 8 euros.- José's (985 54 51 22). Ramón y Cajal, 9. Pescado y marisco. De 30 a 40.- L'Alfarería (985 54 68 34). La Ferrería, 25. Comida casera. Unos 30 euros.Información- Turismo de Avilés (985 54 43 25; www.avilescomarca.info).- Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer (www.niemeyercenter.org; 985 55 18 33). Sede provisional en La Curtidora (Gutiérrez Herrero, 52), una fábrica del siglo XIX reconvertida.

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