"En casa, Jomeini era amable"
Ser la nieta de Jomeini debe de pesar, pero Zahra Eshraghí no se las da de nietísima. Ella misma abre la puerta de la Asociación de Defensores de las Mujeres, un modesto piso en el centro de Teherán. "Nuestra actividad se ha hecho más difícil por la represión de los fundamentalistas", señala para explicar la salita vacía.