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Fuga radiactiva de baja intensidad en la nuclear de Ascó

Contaminación fuera de lugar. Esto es lo que han detectado los medidores de la central nuclear Ascó I, que confirman la aparición de partículas radiactivas de baja intensidad en los aledaños del edificio del reactor atómico, dentro del recinto industrial y al aire libre. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) envió ayer un equipo para esclarecer un suceso que, según la dirección de la planta, tiene su origen en el sistema de ventilación del edificio donde se almacena el combustible.

Fuentes de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs (ANAV), empresa gestora de las tres nucleares catalanas, explicaron ayer que sus aparatos de medición han detectado esta semana un nivel de radiación de 0,2 Mbecquerelios, lo que equivale a 0,00001 Curios.

"Si una sola persona hubiese ingerido todas las partículas radiactivas halladas, no hubiera superado los límites legales para el público en general, que es inferior al nivel que se pide para los empleados", aseguraron fuentes de ANAV.

Críticas de Greenpeace

Pero la entidad ecologista Greenpeace piensa lo contrario de este episodio de contaminación en el complejo atómico, propiedad de Endesa e Iberdrola. Greenpeace elevó ayer la cifra hasta los 5 Curios, lo que califica como "nivel importante" de radiactividad.

El CSN, autoridad en materia atómica y órgano regulador de la actividad nuclear, hasta el momento, sólo tiene las mediciones que le facilita la dirección de Ascó y ayer no daba crédito alguno a las cifras de los ecologistas. El CSN asegura que su investigación servirá para realizar "mediciones independientes".

ANAV explicó que durante la última recarga de combustible, finalizada en noviembre pasado, se "ensució" -el CSN usó el verbo "contaminó"- el sistema de ventilación del edificio del reactor Ascó I donde se almacena el combustible. Los filtros de este sistema de ventilación atrapan el 99,95% de las partículas que pasan a través de él, según fuentes del CSN, que añaden que las chimeneas por donde se expulsa el aire están siempre controladas precisamente para detectar una hipotética fuga. "Teníamos constancia de la existencia de estas partículas, pero estaban donde tenían que estar: en el interior", decían ayer fuentes de la empresa.

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