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La derecha francesa se prepara para una derrota en las grandes ciudades

El primer ministro Fillon reconoce la apatía del electorado conservador

Los candidatos del presidente Nicolas Sarkozy consiguieron parar el golpe, el pasado domingo, en la primera vuelta de las elecciones municipales, pero todo apunta a que su derrota en la segunda vuelta es inevitable. Los pactos que el martes cerraron los centristas del Movimiento Democrático (MoDem) y otros partidos menores benefician más a los socialistas que a la Unión por un Movimiento Popular (UMP). El primer ministro, François Fillon, ha empezado ya a jugar a la defensiva, empezando por proclamar que no es bueno para Francia que haya tantos cambios de Gobierno.

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Pese a que se ha volcado con los candidatos conservadores en apuros, llenando el espacio que había prometido ocupar el inquilino del Elíseo cuya impopularidad padecen, el primer ministro parece dar la batalla por perdida. Ayer explicaba que ha encontrado "silenciosos" a un buen número de votantes de derechas y que percibe "una cierta forma de decepción" o algo así como una "desmovilización" de una parte del electorado conservador. Un síntoma para el que tiene una receta: "acelerar el ritmo de las reformas".

La única noticia positiva para las filas gubernamentales han sido los relativamente buenos resultados de los miembros del Gobierno que se presentaban a estas elecciones. Algunos, sin embargo, todavía podrían quedar fuera, como el titular de Educación, Xavier Darcos. Fillon espera que no se produzca un resultado inverso al de las municipales de 2001, en las que "fue barrida la mayor parte" de los ministros del entonces gobierno socialista.

Perdida Lyon y -a todos los efectos, París- la derecha teme que la izquierda se lleve por delante las otras dos grandes ciudades francesas: Marsella y Toulouse, y no le quede más que Burdeos como enseña. En Marsella, la prensa local apunta a que la ayuda que desde el MoDem le llega al aspirante socialista Jean-Noël Guérini puede ser decisiva. Más aún cuando el esperado debate del miércoles entre Guérini y el actual alcalde conservador Jean-Claude Gaudin (UMP), parece haberse decantado en favor del primero, que no dudó en señalar que el 60% de los electores marselleses se ha pronunciado por el cambio.

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En Toulouse, el candidato socialista Pierre Cohen, que obtuvo un 39% de los votos en la primera vuelta, ha podido incluso permitirse el lujo de rechazar el apoyo de los centristas, sabiendo que a su izquierda cuenta con una buena reserva de votos que, sin duda, acabarán cayendo en su cesto y dejando a la UMP sin una de sus más emblemáticas plazas. La izquierda, señalan los sondeos, tiene también asegurada Estrasburgo.

Ségolène Royal saluda a los vecinos de Valence, al sureste de Francia, en un acto de campaña del Partido Socialista en la ciudad.
Ségolène Royal saluda a los vecinos de Valence, al sureste de Francia, en un acto de campaña del Partido Socialista en la ciudad.AP

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