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Condena a Sanidad por la muerte de tres pacientes

"Dolor inespecífico". Un diagnóstico vago que, más tarde se transformó en un veredicto tranquilizador: "Son sólo gases". En realidad, aquello era el prólogo a un fracaso renal por pancreatitis y al fallecimiento de I. Infante. Una mujer de 82 años que llevaba peregrinando de centro médico en centro médico desde el 19 de junio de 2003. Murió en el servicio de urgencias del Hospital Ramón y Cajal el 5 de julio de ese año, tres días después de ingresar.

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Ayer, el Servicio de Salud de Madrid fue condenado a indemnizar con 70.000 euros a la familia. Su hija, Lara aún tartamudea cuando recuerda las veces que mandaron a casa a su madre susurrándole: "A las personas mayores les gusta llamar la atención". El dinero no le compensa. Saber que el 99% de los pacientes con la misma dolencia se curan con un diagnóstico a tiempo, agudiza su dolor. Pero sí hay un consuelo: "Saber qué pasó".

No es un caso aislado. Hasta ocho sentencias condenatorias por temas sanitarios, cuatro de ellas directamente contra el Sermas y tres con resultado de muerte se acumularon ayer en el despacho de Carlos y Álvaro Sardinero, abogados del Defensor del Paciente. Todas, por errores muy graves.

Hugo Calvo, paciente operado de la rodilla equivocada.
Hugo Calvo, paciente operado de la rodilla equivocada.ÁLVARO GARCÍA
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