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ELECCIONES 2008 | Las consecuencias del 9-M

La reflexión en el PNV puede afectar al plan soberanista de Ibarretxe

Los peneuvistas creen "muy difícil" poder apoyar la investidura de Zapatero

La sede peneuvista de Sabin Etxea mostraba ayer la cara y la cruz del resultado electoral en el País Vasco. Por un lado, la ejecutiva que preside Iñigo Urkullu iniciaba la anunciada "reflexión estructural" que influirá en la hoja de ruta dibujada por el lehendakari para culminar su plan soberanista. Por otro, los seis diputados peneuvistas electos estaban moderadamente optimistas.

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El PNV tendrá la próxima legislatura el cuarto grupo parlamentario más numeroso en el Congreso, pese a haber perdido un diputado. No serán "irrelevantes", como pronosticaban los socialistas, pero tampoco podrán influir tanto en Madrid como hubiesen deseado. "Vamos a tener juego en la próxima legislatura", aseguraba en una conversación informal en Sabin Etxea el diputado electo por Guipúzcoa José Ramón Beloki. "Y lo vamos a jugar", apostillaba Pedro Aspiazu ante la atenta mirada del portavoz peneuvista, Josu Erkoreka. Para empezar, el PNV aspira a tener una secretaría en la Mesa de la Cámara baja.

Otra cosa será la investidura. Sin descartar aún nada, sus dirigentes consideran "muy difícil" volver a apoyar a Zapatero. La visión de los hombres y mujeres que han logrado escaño en Madrid era la cara del partido. La cruz había que buscarla en el análisis de la derrota del domingo, con un PSE que batió a los peneuvistas en todos los frentes. Los socialistas, que han ganado en todos los territorios (son las provincias donde el PSOE más sube en porcentaje) y en las tres capitales, sacaron al PNV casi 11 puntos y más de 122.000 votos en el conjunto de Euskadi.

"Es evidente que en Euskadi ha habido mucho voto nacionalista que se había marcado como objetivo prioritario el 9-M frenar al PP y, como consecuencia de esa feroz bipolarización, no ha encontrado mejor aliado para eso que votar al PSOE, a Zapatero", explicaba ayer Erkoreka. La ejecutiva del PNV estudió en su sede los números y las perspectivas que se abren ahora. Urkullu está preocupado por el comportamiento electoral de sus votantes, que llevan tres elecciones dándoles la espalda. Bien quedándose en la abstención o, como el domingo, fugándose al PSE.

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Pero la "reflexión estructural" que anunció la misma noche electoral será de calado. Urkullu quiere "volver a acertar" y evitar el sorpasso socialista en las autonómicas. Pretende poder hacer una verdadera reflexión, profunda y seria que conecte al PNV de nuevo con la sociedad vasca y le permita recuperar la centralidad perdida. Sobre todo cuando el "cauce central" de la sociedad vasca (PNV, EA y EB) que defiende el lehendakari se ha quedado casi sin agua al perder el domingo 200.000 votos respecto a 2004. Y ese planteamiento de fondo afectará previsiblemente a la hoja de ruta. Más si desde La Moncloa Zapatero llena de contenido su "disposición favorable al diálogo" mostrada ayer con Urkullu.

Ibarretxe no ha estado muy contento con la campaña del PNV, según diversas fuentes. Pero los sectores más pactistas creen que, de haber jugado más al soberanismo y a la consulta, el varapalo podía haberse acrecentado: "Como en EA, que con un discurso nítidamente independentista, se ha quedado fuera del Congreso", añaden en el PNV.

Juan José Ibarretxe, Joseba Egibar y la alcaldesa de Mendaro, Irune Berasaluze, en la ejecutiva del PNV.
Juan José Ibarretxe, Joseba Egibar y la alcaldesa de Mendaro, Irune Berasaluze, en la ejecutiva del PNV.S. CIRILO

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