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Mil personas se autodenuncian por aborto

Las feministas salen a la calle en las ciudades pese al veto del Gobierno

"En todas las iglesias habrá misa de domingo. ¿Pero no está probado que el clero es principal agente electoral de un partido concreto? Y no les han prohibido los actos litúrgico-políticos de esta jornada". Lo dice Mónica, del colectivo orensano As Lerchas, ataviada de "macho candidato" en el bullicio de una de las fiestas-encuentro con que las feministas rebautizaron la concentración de la Marcha Mundial das Mulleres, ante la prohibición a su solicitud de manifestación en jornada de reflexión, recurrida ya ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Con el lema de la jornada cambiado a última hora, los colectivos feministas entregaron ayer en los juzgados gallegos más de 1.000 firmas de mujeres y hombres autoinculpándose de haber abortado o de haber acompañado a alguna abortista.

La protesta se convirtió en fiesta para eludir la prohibición
La coincidencia con la jornada de reflexión evitó las consignas políticas

Visiblemente indignadas, porque hicieron la solicitud "con suficiente antelación" y les contestaron prohibiendo los actos la víspera del día 8, las feministas gallegas acataron "por imperativo legal" la orden y reconvirtieron eufemísticamente las concentraciones en fiestas. Fiestas diluidas, porque lo que no consiguió la prohibición legal lo logró parcialmente ETA, con el asesinato del ex concejal socialista de Mondragón, Isaías Carrasco. En Ourense, algunos grupos de mujeres comprometidas con la marcha dieron un paso atrás al enterarse del asesinato. "No nos parece oportuno ir de fiesta en un momento así", anunciaron su baja a última hora del viernes.

Y las más de 60 orensanas -incluidas cargos orgánicos e institucionales de algunos partidos- que a mediodía de ayer se dieron cita en la Audiencia provincial para registrar 221 autoinculpaciones de abortos y más de medio millar de firmas reclamando la modificación de la ley "de despenalización parcial", quisieron dejar constancia de su repulsa por el asesinato.

Pero el 8 de marzo es sagrado para las feministas. Mujeres "de todas las opciones políticas, menos una evidente, y al mismo tiempo de ninguna", describe Concha al colectivo, agarrada a la pancarta que, acatando la jornada de reflexión, sustituyó la "alusión directa a algún partido" por la genérica "Nin un paso atrás". "Nos invisibilizan de nuevo y nos silencian", sostiene Eva Salgado, representante de la Marcha Mundial en Ourense, mientras da cuenta del "riesgo de involución de los derechos de las mujeres" y se pregunta, dando por obvia la respuesta, "¿por qué nunca se convocan elecciones el 2 de mayo y se prohíbe así la manifestación de los trabajadores del día 1?".

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Las orensanas pensaban acudir con esparadrapo en la boca. "Es que no puede ser que siempre estemos en la clandestinidad, como con Franco", destaca una de las asistentes a la fiesta, desgañitándose para hacerse oír por encima del corrido mexicano de exaltación machista -"Soy un macho muy bien plantado..."- que inunda la explanada de la Audiencia. Sin taparse la boca, los manifestantes acabaron coreando consignas como "Nosotros reflexionamos todo el año" y "Manda carallo, nin aborto nin traballo".

Pero Ourense no fue el único lugar donde la reconvirtió la jornada reivindicativa. Pese a la prohibición de manifestaciones, centenares de mujeres acudieron a los juzgados a autoinculparse. También ocurrió en Ferrol, A Coruña, Pontevedra y Vigo, para mostrar el rechazo de los manifestantes, en su mayoría mujeres, a los "retrocesos" en el derecho al aborto, informa Lara Varela. En Pontevedra, representantes de la Marcha Mundial das Mulleres arrancaron la jornada haciendo entrega de alrededor de 200 autoinculpaciones de aborto a la magistrada de guardia de los juzgados, quien advirtió a las feministas de las consecuencias de incurrir en un presunto delito de falsa denuncia. No obstante, la portavoz del colectivo, Pilar Álvarez, apuntó que tras este gesto "simbólico", dijo, "ahora toca mover ficha a los juzgados y a las políticas". Una actitud que recupera el espíritu "de los setenta", señaló, "para los románticos de la lucha".

Además, reclamó que se tome "en serio" el Día Internacional de la Mujer, tras verse obligadas a cancelar los actos previstos por coincidir con la jornada de reflexión. En lugar de la tradicional concentración, el colectivo dispuso a última hora de la tarde símbolos feministas en la Plaza 8 de Marzo de Pontevedra.

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