"Es leer los papeles del abuelo y se me pinza la espalda"
Durante años, aunque eso lo supo mucho más tarde, la vida de Carmen Negrín estuvo perfectamente planificada en una agenda. Estudiar latín. Estudiar griego. Estudiar alemán. Aprender a jugar al tenis. Aprender a esquiar. Aprender a tocar el piano... "Me quedé sorprendida al ver el detalle de todo lo que haríamos mi hermano y yo a varios años vista.