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Sindicatos y asociaciones rechazan la ley educativa de Maragall y piden pactarla

Las entidades ultiman una carta para que se reúna la comisión del Pacto Nacional

Las entidades que firmaron hace dos años el Pacto Nacional por la Educación con la Generalitat ultiman una carta dirigida al consejero de Educación, Ernest Maragall, instándole al diálogo y a reunir a esta comisión de seguimiento del pacto. Las entidades firmantes del pacto fueron los sindicatos -UGT, Comisiones Obreras y Ustec, entre ellos-, entidades de renovación pedagógica, asociaciones de padres de alumnos y patronales de centros concertados. El contenido de la carta se está redactando y está previsto que se envíe al consejero a principios de la próxima semana.

"Maragall debe convocar la comisión de seguimiento del Pacto Nacional por la Educación y aprovecharla para llegar a un consenso sobre la futura Ley de Educación", dijo una de las entidades que forman la comisión y que pidió el anonimato. "Queremos que se mantenga el consenso y se negocie", señaló un sindicalista, que participa en la redacción de la misiva al consejero.

Huelga en ciernes

Educación prefiere no opinar sobre la misiva hasta que entre en el departamento. Afirma que no retirará el documento de bases sobre la futura Ley de Educación, como han pedido los sindicatos, aunque destaca que siempre ha estado abierto a negociar cambios.

La propuesta de diálogo de produce en un clima tenso debido a la huelga anunciada por los sindicatos en escuelas e institutos para el 14 de febrero. La petición de huelga, sin embargo, aún no ha entrado en el Departamento de Educación, aunque algunos sindicatos dicen que podría entrar a mediados de la semana próxima. No hay mucho más tiempo para hacer oficial la huelga porque se requiere comunicarla con una antelación de dos semanas. Los sindicatos se han quedado solos en su petición de paro. Las patronales de los centros privados concertados no apoyan la huelga. Los sindicatos critican las medidas planteadas por la Generalitat en el documento de bases para la futura ley, como la evaluación de los docentes, la posibilidad de gestión privada de centros públicos, la mayor autonomía de los centros escolares y la posibilidad de que éstos puedan decidir sobre los perfiles de los profesores que necesitan.

Tres frentes abiertos

La oposición frontal de los sindicatos a la propuesta de Maragall para la Ley de Educación no es el único frente que tiene abierto el consejero. En pocas semanas se le han acumulado otros dos: la polémica propuesta de hacer aulas separadas para alumnos inmigrantes y la reforma del bachillerato.

Maragall ha anunciado las bases de la futura ley. Los sindicatos se le han echado encima, aunque ha tenido el apoyo de la asociación de directores de centros. El objetivo declarado de Educación con esta ley es contribuir a mejorar los resultados, marcados por el alto fracaso escolar y el abandono prematuro de los estudios.

El plan piloto de aulas separadas para inmigrantes en Reus y Vic ha suscitado rechazo en los sindicatos, pero también de las entidades de renovación pedagógica como Rosa Sensat, la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica y de algunas ONG como SOS Racismo. Sobre la reforma del bachillerato, algunos profesores y también las centrales sindicales la critican por reducir las horas de catalán y castellano de tres a dos por semana. El inglés, en cambio, seguiría con las tres horas actuales. Educación quiere que se puedan elegir más materias optativas.

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