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Cultura recupera 300 horas de cine

Las filmaciones, de formato doméstico, abarcan de los años 30 a los 80

Un total de 600 bobinas con una duración media de 30 minutos, procedentes de todos los puntos de Galicia, es el primer resultado de Cine de 8 mm, memoria do século XX. Una campaña "proactiva", en palabras de Manuel González, responsable de la Axencia Audiovisual Galega, respaldada por la productora coruñesa IBCinema, orientada a salvar las películas originales filmadas por aficionados desde la creación en 1932 de este ancho cinematográfico.

La Axencia restaura las películas y las devuelve en DVD gratis al propietario

"Todas las filmotecas que se dedican a la restauración están centradas en los 35 mm", señala González. Con menos producción en formato cinematográfico que salvar, la intención fue fomentar, por primera vez desde el ámbito institucional, la recepción de imágenes de Galicia "que podrán impulsar nuevos discursos", restaurarlas y digitalizarlas. Para comunicar la idea se aprovechó la cuarta edición de Cinema de Noite, el programa de promoción del cine gallego en el ámbito rural. Entre el material obtenido por la Axencia, dependiente de la Consellería de Cultura, que recibió películas en la mayoría de los pasos estrechos disminuidos por el vídeo, desde 8 a 17,5 mm, destacan seis bobinas de 100 metros en 9,5 mm. Esos 90 minutos de rodaje en A Coruña -Orzán, Torre de Hércules, Castillo de San Antón y Betanzos-, recogen la llegada en 1930 del gigantesco hidroavión alemán Dox.

De las 300 horas de cine recuperadas, las películas más valiosas, como corresponde a los formatos domésticos, son de interés etnográfico. Entre ellas, la práctica totalidad de los documentales -16 mm- de Rafael Sabugueiro: Pontes de Galicia (1976), Moradas pacegas do Salnés (1979) y As cruces de pedra (1983), hasta casi cinco horas de película centradas en la comarca de O Salnés. O la Rapa das bestas filmada por el ferrolano Salvador Ríos en 1972, pendiente de ubicación.

Con mayor vocación de autor, la Balada del emigrante, de Antonio García Dornelas, o algunos de los documentos sustanciales del cine gallego antes de la teoría. Entre ellos, parte de la obra del dibujante y pintor lugués Ulises Sarry, autor en 1971 de O home e a vaca, entre otros trabajos premiados en los festivales gallegos de Lugo, A Coruña (impulsado por Díaz Noriega, introductor del formato en Galicia) y Vilagarcía, entonces consagrados al Súper 8, la mejora industrial del ancho estándar que popularizara Kodak a mediados de los 60. "Casi todo el cine gallego de los 70 está en 8 mm", recuerda González. Baldaio o As Encrobas, entre otros documentales recientes, introducen la memoria en los agujeros del desarrollismo a través de las imágenes filmadas entonces por Carlos Varela Veiga, el fundador en 1976 de la sociedad Nós, Cinematográfica Galega.

Cultura se encarga de restaurar las películas y devolverlas en DVD sin coste para los particulares. Los derechos siguen siendo del depositario de la bobina, que decide si cede en depósito el formato original. González habla de una "primera piedra" en la recuperación de la memoria cotidiana del siglo pasado. Esos recuerdos en 8 mm no resistirán más de dos décadas, según cálculos de la Unesco. "Para conservar el patrimonio audiovisual hay que sensibilizar al público", insiste González. "Lo que no podemos permitir es que muchas de estas películas se estropeen en los trasteros".

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