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Reportaje:Conferencia Mundial Antidopaje

Cuatro años de sanción por dopaje grave

Confusión ante la elección hoy del nuevo presidente de la AMA

Carlos Arribas

Qué dudas. Qué nervios. Cientos de delegados vagaban ayer confusos por los pasillos de la III Conferencia Mundial Antidopaje. Qué hacer. Qué decidir. "¿Sabe si abren el domingo El Corte Inglés?", preguntaba una delegada rusa a un representante malayo, quien, a su vez, le interrogaba por la estación de metro que dejaría más cerca del Rastro al miembro de la delegación de Kazajistán que quería saber si cerca del aeropuerto de Barajas había un Factory Outlet para ir de compras. Y no eran los únicos para quienes la confusión había sustituido a la luz durante el congreso que ha reunido en Madrid a la vanguardia de la lucha contra el dopaje. Otros dudaban incluso sobre la pertinencia de votar hoy como futuro presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) al candidato único, el australiano John Fahey. Y había también quien se debatía en el apoyo a las enmiendas que se presentaron a la revisión del Código, el texto que armoniza normas y castigos por dopaje en todo el globo y que entrará en vigor el 1 de enero de 2009.

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Ningún representante gubernamental o federativo -las dos fuerzas que se combinan en la AMA- discutía la pertinencia de la novedad principal del Código 3.0, esto es, el aumento a cuatro años de la sanción inicial para aquellos deportistas cuyo positivo llegara como fruto de la toma de varias sustancias o como parte de un plan organizado, aunque Jaime Lissavetzky, el secretario de Estado para el Deporte, alertó de la necesidad de respetar los derechos fundamentales de los deportistas.

Varias voces se levantaron, sin embargo, contra otras ideas. Por ejemplo, la FIFA criticó que el nuevo código prevea la prohibición de entrenarse con su equipo a los deportistas suspendidos por dopaje (como Gurpegui, el jugador del Athletic de Bilbao que dio positivo por un derivado de nandrolona). "Sería una doble sanción", dijo el representante del fútbol; "una norma que castigaría sólo a los deportistas de equipo, pues un ciclista, por ejemplo, sólo necesita la soledad para entrenarse, y que dificultaría su reinserción. Sería el final de sus carreras".

Tampoco parecía muy probable que el Consejo de la Fundación de la AMA aprobara hoy el artículo que habla de que los países que no hayan ratificado aún el Convenio de la Unesco que convierte al Código en norma de derecho internacional -y sólo lo han hecho 70 de los 153 miembros de la AMA- no pueden organizar competiciones internacionales. Menos éxito parecía que podría tener la propuesta del presidente del atletismo español, José María Odriozola, de que el cannabis desapareciera de la lista general de sustancias prohibidas y que, como el alcohol, sólo lo prohibieran los deportes en los que puede mejorar el rendimiento.

Incluso Jacques Rogge, el actual presidente del Comité Olímpico Internacional, era víctima del ambiente turbulento que reverberaba en los funerarios mármoles del Palacio de Congresos madrileño. El dirigente apoyaba el jueves sin dudarlo a Fahey para suceder a Dick Pound -quien no está dispuesto a prorrogar su mandato, pues desea asumir la presidencia del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS)- y declaraba del ex ministro australiano de Finanzas que era un candidato "inteligente", que sólo necesitaba tiempo para aprender un poco y que el mundo del deporte recelaba desde hace tiempo del "eurocentrismo".

"Las instituciones están en Europa, siete de los ocho presidentes del COI han sido europeos", dijo Rogge, que es belga, medio flamenco y medio valón. Ayer, sin embargo, a Rogge, como a todo el mundo, le sorprendía el salto a la arena de un presunto autocandidato de última hora, Guy Drut, miembro del COI, campeón olímpico de 110 vallas en 1976, ministro francés de Deportes en los 90 y condenado a 15 meses de cárcel -luego, indultado por el ex presidente Jacques Chirac- por un desfalco en el Ayuntamiento de París. "Si Drut se presenta con el apoyo de los gobiernos, el movimiento olímpico le apoyará", dijo Rogge.

Drut se postula como presidente interino durante seis meses, el tiempo que los países europeos, que hoy se abstendrán, pues rechazan a Fahey, han solicitado para encontrar un candidato de consenso, pero el presidente saliente, Pound, desmintió la posibilidad de que fuera elegido: "El plazo de candidaturas se cerró el 20 de septiembre".

Jaime Lissavetzky muestra el Código Mundial Antidopaje.
Jaime Lissavetzky muestra el Código Mundial Antidopaje.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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