La Comisión Europea rechaza que las regiones tengan más poder

Las regiones con poderes legislativos de la Unión Europea (Regleg) clausuraron ayer en Barcelona su octava conferencia de presidentes con un objetivo claro: tener más peso dentro de las instituciones comunitarias. Para alcanzarlo, aceptaron con un sí unánime el tratado constitucional europeo, pactado en octubre en Lisboa, pero se conjuraron para seguir trabajando con el fin de ver cumplidas todas sus exigencias: el acceso directo a la Comisión Europea y al Tribunal de Justicia de Luxemburgo.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, aguó ayer mismo las pretensiones de Regleg. Barroso tildó de "complicada" la aceptación de las peticiones de las regiones al no existir "consenso" sobre la cuestión entre los 27 Estados miembros de la Unión.

La Declaración de Barcelona, que recoge las conclusiones de la conferencia de Regleg, pide a los Estados miembros de la UE que firmen el tratado de Lisboa para que las regiones puedan "aprovechar plenamente" las competencias que les ofrece el texto. Irlanda del Norte, de reciente incorporación en Regleg, se abstuvo de votar la declaración al no haber participado en los grupos de trabajo.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, que pidió una Europa de tinte federal en su discurso del jueves, adoptó ayer en la conferencia de clausura un tono más oficialista. En línea con la Declaración de Barcelona, destacó los ejes básicos del trabajo de Regleg en 2007 y conminó a sus miembros a seguir luchando por obtener sus reivindicaciones. Las regiones, apostilló Montilla, deben trabajar "juntas en la diversidad, unidas por un objetivo: el protagonismo dentro de la UE".

La octava conferencia de presidentes de Regleg sirvió para poner punto final a la presidencia catalana del organismo. La región de Flandes le sustituirá al frente de la organización.