El G-7 analizará los movimientos en el tipo de cambio
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene como misión, entre otras cosas, velar por la estabilidad en el mercado de divisas. No parece que sea el caso, a la vista de los movimientos que se están observando en el tipo de cambio del dólar, que no para de debilitarse frente a sus rivales. La cuestión será analizada por los ministros de Finanzas de los siete países más industrializados del planeta (G7), que hasta ahora se han limitado a decir que los movimientos nerviosos no son deseables.
Estados Unidos se muestra completamente pasivo ante la continua pérdida de valor del billete verde, a pesar de que de cara a la galería defienda una moneda fuerte. Sin embargo, una divisa débil le aporta una ventaja competitiva del lado del comercio, porque ayuda a sus empresas a exportar más barato que sus rivales europeos. A esto se les suman las cacofonías que llegan desde Bruselas, donde los países que integran la unión monetaria tienen puntos de vista divergentes sobre si apoyan explícitamente un euro robusto o no.
La única institución que hasta la fecha ha mostrado preocupación en EE UU por el valor actual del dólar es la Reserva Federal, que en el acta de su reunión del 18 de septiembre afirma que puede elevar la presión inflacionista del lado de los productos importados. Pero a diferencia del Banco Central Europeo, no tiene competencias en el ámbito de las divisas. Pero una moneda demasiado débil puede entorpecer su política monetaria.
Los analistas dicen que la depreciación reciente es inexplicable, y creen que es una cuestión de tiempo ver como el dólar vuelve a tomar cuerpo. Pero para ello creen que es necesario que el G7 demuestre que sus reuniones sirven para algo y actúe para que se produzca una corrección ordenada en el tipo de cambio, para evitar que la ansiedad y la incertidumbre que domina en el mercado se traduzca en un caos. Y esto pasaría por reflotar también el valor del yuan.
