_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Orar por el Rey?

El día 29 del mes pasado, durante una misa celebrada en Cuenca, el Primado de España y arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, pidió a los feligreses que orasen por "nuestros reyes" y muy en especial por el Rey Juan Carlos I "que tantas injurias está recibiendo en estos días". ¡Vaya por Dios! Porque, ¿de dónde surgen tantas injurias dirigidas al Rey? En primer lugar, de la COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal Española cuyo vicepresidente es, precisamente, su eminencia el cardenal Cañizares.

Cierto es que han surgido grupos minoritarios quemando la figura del Rey aparecida en la prensa escrita. Pero, como decía el ABC -periódico tradicionalmente monárquico- en su editorial del domingo 30: "Radicales antisistema queman imágenes del Rey y profieren todo tipo de amenazas, y políticos con alta responsabilidad institucional utilizan sin pudor palabras ofensivas. Lo más llamativo es la singular pinza que forman los extremistas de uno y otro signo. En las circunstancias actuales no es admisible que desde la emisora de la Conferencia Episcopal se utilicen la mentira y la manipulación para denigrar al Monarca y reclamar su abdicación". El ABC dixit.

En declaraciones a La Razón publicadas el día 3, el cardenal Cañizares insistía en sus denuncias ante los ataques al Rey: "No son sólo unos gamberros quemando la foto sino que va mucho más allá, como que se pide reiteradamente la abdicación de Su Majestad el Rey en la figura de su hijo". Pero vamos a ver, monseñor, ¿qué está usted diciendo? Quienes piden reiteradamente la abdicación del Rey son ustedes, los obispos, a través de su emisora, a través de la COPE. Sí, monseñor, y su eminencia lo sabe. Son ustedes, a través de esa joya del periodismo español al que han cedido los micrófonos de su emisora para que disfrute insultando a diestro y siniestro a todo el que no piense como él, al tiempo que da pábulo y alimenta su soberbia y egolatría. Bastaría con que ustedes, los obispos, le advirtiesen a ese sujeto que dice llamarse Federico Jiménez Losantos, que por los micrófonos de la Iglesia no se miente ni se manipula a sus oyentes. Por muchos que sean los beneficios que ese tipo de periodismo basura aporte a la cuenta de resultados de la emisora de la Iglesia católica, apostólica y romana. Hace mucho tiempo que Losantos viene criticando públicamente al Monarca acusándole de tener ciertas amistades y connivencias.

No hace falta pedir que se eleven oraciones por el Rey. De los gamberros que queman su imagen ya se encargará la justicia. Pero del insultador Losantos son responsables sus eminencias reverendísimas por cederle los micrófonos de su emisora. Dice usted, monseñor Cañizares, "que el Rey representa la garantía y el símbolo de la unidad de España y su permanencia". Una función que, según su eminencia, "también corresponde a la Iglesia católica". ¿Y cómo corresponde la Iglesia a ejercer esa función? Pues permitiendo que se denigre al Monarca y se reclame su abdicación desde la COPE, como denuncia el ABC. ¿Habrá que orar por el Rey o rezar por la COPE?

Según escribía este verano el director de un periódico de valencia, "se rumorea que el cardenal Cañizares podría ser el nuevo arzobispo de esta diócesis". Y se felicitaba porque "a Valencia, sumergida en los oropeles de las grandes fiestas y celebraciones, mecida por el fragor de la Copa del América y la Fórmula 1, no le estaría mal volver a tener Cardenal. Lo ha tenido en múltiples etapas de la historia y estaría bien que Roma volviera a fijar sus ojos en esta tierra".

No soy de esa opinión. Bueno sería que Roma "volviera a fijar sus ojos en esta tierra". Sí. Pero no para nombrar arzobispo a monseñor Cañizares, por muy cardenal que sea. Mejor sería nombrar un arzobispo menos conservador y más abierto a los tiempos actuales, y más conocedor de nuestra realidad como pueblo, de nuestra cultura y de nuestra lengua. Y estar dispuesto a respetarlas y fomentarlas. Al actual arzobispo, monseñor García-Gasco, lo despediríamos con respeto deseándole, en términos marineros, bon vent i barca nova.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

fburguera@inves.es

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_