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La policía portuguesa aparta del 'caso Madeleine' al jefe de la investigación

El director Nacional de la Policía Judicial, Alipio Ribeiro, cesó ayer al comisario Gonçalo Amaral, jefe de la investigación del caso Madeleine y director del Departamento de Investigación Criminal de Portimão. Amaral, de 47 años, había sufrido críticas feroces de la prensa británica en las últimas semanas, y ayer acusó a la policía británica, a través de unas declaraciones en la prensa lusa, de favorecer al matrimonio McCann "investigando lo que a la pareja le interesa y le conviene".

"Han investigado pistas y rumores generados por la familia para insistir en la tesis del rapto y han olvidado que ellos son los sospechosos de la muerte de la niña", decía el comisario Amaral en la edición de ayer del periódico portugués Diário de Notícias ayer.

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Las duras opiniones de Amaral, en su primera y última intervención pública sobre el caso Madeleine, fueron desautorizadas ya por la mañana por el ministro de Justicia portugués, Alberto Costa, quien señaló que "la relación entre la policía judicial lusa y la policía británica es de provechosa cooperación". "Tenemos que concentrarnos en el trabajo, en el caso, y no en el comentario", añadió el ministro en Lisboa.

La policía británica reiteró por su parte que continúa "apoyando a la policía portuguesa" en el caso de la desaparición de Madeleine McCann, y rechazó comentar las críticas hechas por Amaral. "La policía de Leicestershire es una entre varias agencias de la ley (británicas) que sigue ayudando a la policía portuguesa en su investigación", dijo a la agencia Lusa una portavoz oficial.

Duras críticas

En Lisboa, la noticia de la destitución de Amaral fue bien recibida por el presidente de la Associação Sindical dos Funcionários de Investigação Criminal (ASFIC), Carlos Anjos, que afirmó que estaba de acuerdo con la salida del jefe de la investigación del caso Madeleine "si eso sirve para resguardarlo como ser humano de los ataques de que ha sido objeto" por los medios británicos.

La ASFIC dijo que esos medios "han puesto en duda en las últimas semanas no sólo su honorabilidad como policía, sino también su condición humana". Amaral "fue acusado de borracho, de trabajar sólo cuatro horas por día, de haber sido sospechoso en un proceso de tortura, de todo eso y de alguna cosa más", dijo Carlos Anjos.

Amaral es un comisario especializado en estupefacientes que se hizo célebre en Portugal hace un par de años, cuando resolvió el supuesto rapto de una niña de ocho años, el caso Joana. La policía Judicial acusó a la madre y al tío del asesinato de la niña y de haber ocultado el cadáver, tras obtener la confesión de la madre en un interrogatorio que originó una acusación de torturas de la madre contra tres policías, y que salpicó colateralmente a Amaral; aunque no participó en el interrogatorio, resultó imputado por denegación de auxilio y falso testimonio.

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