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La prioritaria cuestión energética

Santiago Íñiguez de Onzoño

El sector energético se ha convertido en el más estratégico y en una de las prioridades de la política económica de los países miembros de la Unión Europea. Mañana se debatirán en Madrid los problemas más relevantes de este sector y las alternativas propuestas por la Comisión Europea, dentro del marco de la conferencia que, en memoria de Loyola de Palacio, organiza el Instituto de Empresa, con el patronazgo de José Manuel Barroso.

En este marco, Neelie Kroes y Andris Piebalgs, comisarios de la Competencia y de la Energía de la UE, respectivamente, presentarán los nuevos planes que el órgano de gobierno comunitario tiene previsto implementar para impulsar la desrregulación del sector energético, con el objetivo de promover mayor competencia, eficiencia y transparencia, lo que desembocará en precios más baratos de la energía en el continente, beneficiando a los consumidores. Es significativo a este respecto, por ejemplo, que la energía tenga precios tan dispares en Europa, por ejemplo un 30% más en Alemania que en el Reino Unido.

"Aunque el coste de instalación de una nueva central nuclear es muy alto, su coste de explotación es mucho más bajo que el de centrales alternativas"
"Es necesario es un nuevo enfoque político que permita plantear de forma realista y desapasionada la posibilidad de desarrollo de la energía nuclear"

Las novedades más importantes del plan de la UE son el unbundling, o separación patrimonial de las actividades de generación y distribución de energía, de forma que las empresas que operan en cada uno de estos segmentos tendrán que ser distintas, y la creación de una Agencia de Cooperación Europea para el sector, que supervisara la actividad de las empresas y facilitara los intercambios transfronterizos y el acceso común al almacenamiento y puertos de gas licuado.

No obstante, el plan de la UE nace con limitaciones, ya que permite que las corporaciones concentradas verticalmente -que generan y distribuyen electricidad, como las francesas EDF y GDF, la alemana EON o la italiana ENI- puedan mantener la propiedad de la distribución cediendo la explotación de estos activos a otras empresas. Por otro lado, el plan se encuentra con la resistencia frontal de algunos países, como Francia y Alemania, que ven con reticencias el desmantelamiento de sus grandes conglomerados con posición dominante, si antes no se han asegurado las condiciones que impidan el desembarco de otras empresas extranjeras, de dentro o fuera de la UE, como la rusa Gazprom, también integradas y que competirían con ventaja. Lamentablemente, como sucede con otras decisiones de la UE que requieren mayoría cualificada, si la propuesta sale adelante habrá que incorporar ulteriores concesiones que reducirán su eficacia y su aplicación en el tiempo.

Otro tema especialmente relevante para el sector y que formará parte del debate sobre la energía en Madrid es la diversificación efectiva de las fuentes energéticas mediante la generación de energía nuclear. En Francia, por ejemplo, esta fuente proporciona tres cuartas partes de la energía eléctrica, y la presencia de Lauvergeon -presidenta de Areva, la organización francesa que gestiona la energía nuclear en este país- en la conferencia de mañana permitirá conocer el importante impulso que el Gobierno de Sarkozy dará a este sector en el futuro. En Estados Unidos también se está apostando decididamente por esta alternativa, tras la presentación de múltiples proyectos de construcción de nuevas plantas de energía nuclear presentados a la Nuclear Regulator Commission. En Finlandia, un país que apuesta decididamente por la sostenibilidad y con abundantes recursos naturales para la generación de energía eléctrica, se está construyendo un nuevo reactor. En Australia, donde existen ingentes reservas de uranio pero no hay reactores, el primer ministro Howard ha declarado que "la energía nuclear es inexorable".

Ciertamente, la energía nuclear tiene una serie de ventajas sobre sus alternativas. En primer lugar, las mayores reservas de uranio se encuentran en países como Australia o Canadá, países con democracias consolidadas y "amigos de Occidente", frente a la localización del petróleo y el gas en naciones más hostiles. Además, las condiciones de seguridad de las centrales nucleares han mejorado ostensiblemente en los últimos años, hasta el punto de que muchos adalides de la sostenibilidad defienden esta fuente como una solución más barata, menos intensiva en recursos naturales y más acorde con las nuevas exigencias medioambientales.

Por otro lado, aunque el coste de instalación de una nueva central nuclear es muy alto, su coste de explotación es mucho más bajo que el de centrales alternativas, lo que genera un precio sensiblemente más barato que el derivado de recursos fósiles, centrales térmicas o eléctricas convencionales. Además, la seguridad en el suministro es mucho mayor, y evitaría problemas como los que últimamente han aquejado a los consumidores catalanes. A la vista de estas ventajas, lo que se hace perentoriamente necesario es un nuevo enfoque político de la energía del siglo XXI, que permita plantear de forma realista y desapasionada las posibilidades de desarrollo de la energía nuclear.

Santiago Íñiguez de Onzoño es decano del IE Business School.

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