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El futuro de Euskadi

Rajoy afirma que defiende a España mejor que el Gobierno

Carlos E. Cué

El debate político ha vuelto al lugar preferido de Mariano Rajoy y del PP: el choque entre el nacionalismo vasco y catalán y el concepto de España de populares y socialistas. Hasta 20 veces pronunció ayer, en el discurso de cierre de la Conferencia de Vivienda, la palabra "España". Entre el público, una señora se sacó una bufanda futbolera -donde se leía "España, España, y al que no le guste que se vaya"- y la blandió como en los estadios. Rajoy le correspondió con una frase contra José Luis Rodríguez Zapatero: "España necesita a alguien que diga que está orgulloso de ser español. Es verdaderamente sorprendente que a estas alturas tengamos que decirlo". Es una de sus ideas más repetidas últimamente en las entrevistas: "Yo estoy orgulloso de ser español", insiste aunque no le pregunten.

"El presidente es incapaz de recordar que la Monarquía ha sido un factor de estabilidad"
"España necesita alguien que esté orgulloso de ser español. La soberanía nacional es la esencia"
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A su defensa de la nación española -un discurso que los nacionalistas vascos y catalanes definen como nacionalismo español-, en contraposición con la supuesta tibieza de Zapatero frente a los otros nacionalismos, Rajoy añadió ayer un nuevo elemento: la reivindicación de la Monarquía.

El líder de la oposición acusó también a Zapatero de no defender a esta institución, aunque los dirigentes del PP han comentado más en los últimos días y en privado la reclamación del locutor de la Cope -la cadena de la Conferencia Episcopal- que esta semana ha pedido que el Rey abdique.

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El presidente, según Rajoy, es "incapaz de hacer pedagogía y recordar que la institución de la Monarquía tiene tradición y ha sido un factor de estabilidad en España a lo largo de los últimos años". El líder del PP se refirió a los ejemplos de ataques a la Monarquía y a la bandera en las últimas semanas -aunque sin citar el del locutor de la Cope, la radio que escucha una parte importante de los militantes del PP y a la que su líder acude con frecuencia- para concluir que los ciudadanos asisten con preocupación al ataque a las instituciones del Estado y la discusión sobre la nación española.

"Tanto talante, tanta nación discutida y discutible, ¿para qué?", exclamó. En todo momento consideró responsable a Zapatero de la radicalización de los nacionalismos. El plan Ibarretxe, como recuerdan los rivales de Rajoy, nació y fue presentado por primera vez cuando gobernaba el PP con mayoría absoluta. El Gobierno y el PSOE insisten en que esa radicalización de los nacionalistas y su ascenso electoral se produjo en la etapa del PP, y como ejemplo recuerdan que ERC, por ejemplo, pasó de uno a ocho diputados con la mayoría absoluta de José María Aznar y su choque frontal con los nacionalismos.

Rajoy trató de atacar a la raíz de un argumento que ha ofrecido el Gobierno para defender su política: el de que el diálogo moderaría las tensiones territoriales. Tomando el desafío del lehendakari -con el anuncio de una consulta el 25 de octubre de 2008- y la quema de fotografías del Rey en Cataluña, Rajoy lanzó una pregunta retórica: "¿Alguien me puede explicar en qué ha sido beneficioso el debate territorial y la negociación con ETA?".

A partir de esa idea criticó a Zapatero por no contar con el PP para pactar el modelo territorial. "En ningún sitio estaba escrito que tenían que hacer caso al PP, pero algún conocimiento teníamos sobre este asunto, creo", ironizó.

De aquí a las elecciones, y como elemento central de su discurso, Rajoy se dedicará, explicó, a la "defensa de la Constitución española, de los símbolos y de las instituciones, que es lo que quiere la inmensa mayoría de los españoles normales". "No quiero esos debates sobre cuántas naciones somos", insistió.

Rajoy estaba ante unos 500 incondicionales, pero quiso lanzar también un mensaje a todos los ciudadanos que, según reflejan las encuestas, no están de acuerdo con la manera en que ha realizado la oposición en estos tres años. "Han sido tres años y medio muy difíciles. Han intentado destruirnos. Muchas de las cosas que hemos hecho no han sido comprendidas por algunos españoles. Dicen que hemos sido duros. Pero hemos dado una batalla a la que estábamos obligados, y que nos pedían muchos españoles", se justificó. Si el PP no hubiera hecho esa política, las cosas estarían peor, insistió.

Sobre todo era el día para responder tanto a Ibarretxe como a Zapatero. Al segundo le dijo: "Lleva tres años escuchando a Ibarretxe y ayer [por el viernes] vimos el resultado. Lo que tiene que hacer es cumplir y hacer cumplir la ley". Y al lehendakari le espetó: "España es lo que los españoles quieren que sea. Cuando se habla de derecho de autodeterminación, derecho a decidir, lo que se está diciendo es que ustedes que están sentados aquí no pueden decidir. Y la esencia de la Constitución, y de la nación española, es la soberanía nacional. Y que el voto de todos vale igual".

Mariano Rajoy habla con la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, durante la clausura de la conferencia.
Mariano Rajoy habla con la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, durante la clausura de la conferencia.EFE

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