Una pillería de Parejo corona a España

Una triquiñuela de Parejo, aderezada con la ingenuidad del portero griego, otorgó a España el cuarto campeonato europeo sub 19 en cinco años. Con un fútbol directo, de poco toque pero muy saneado en defensa y pragmático en ataque, España doblegó por la mínima a Grecia, que se desprendió del balón de buenas a primeras.

La selección, sin los organizadores Javi Martínez y Montoro, sancionados, se decantó por un estilo vertical sin apenas transiciones. Así, en vez de circular el cuero con pases cortos y dinámicos, practicó los balonazos largos en busca de las carreras de Aarón por la banda izquierda o de Nsué, que se desapegaba del área con descaro y acierto para marear a la zaga adversaria. Pero, bien cerrada la defensa griega, con dos centrales para un punta o para ayudar al lateral más cercano, España se atrancó en exceso en los últimos metros. Hasta que apareció Parejo a balón parado.

Los griegos acentuaron la apuesta rival y se contentaron con disparos lejanos o con buscar balones a la espalda de la defensa española, siempre adelantada para acompañar a la presión de los hombres avanzados. Mitroglou, de pelo mohicano, tuvo su ocasión. Trazó la diagonal, buscó el hueco y recibió el cuero en el borde del área. La situación, sin embargo, le exigió golpearlo con la derecha y Mitroglou, zurdo cerrado, la envió a las nubes. Lo contrario que Parejo, que lanzó una falta desde el lateral del área y coló el balón por el lado de la barrera, mal colocada y abierta a última instancia. Suficiente para ganar un título que se resistió al principio pero que se logró con pillería.