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Reportaje:

Los quirófanos también tienen vacaciones

Una de cada tres salas quirúrgicas cierra en agosto, pero 42.000 personas esperan una operación

Con una cadera rota, una larga espera para entrar al quirófano. Ineso Benito, de 92 años, se la fracturó el pasado día 12 cuando se cayó al ir a ayudar a su mujer, de 89 años. "Una ambulancia de la Cruz Roja le llevó al hospital La Paz. Una vez ingresado, el doctor nos dijo que hasta el próximo día 27 de julio no se podía hacer la operación por falta de quirófanos", denuncia su yerno, Fructuoso Martínez. Tres días después, a preguntas de este periódico, una portavoz del hospital aseguraba que la demora de la operación se debía al "historial clínico complicado" del enfermo y a que debía someterse a distintas pruebas preoperatorias. Los familiares desmienten esta versión. Finalmente, el hombre fue operado ayer, 12 días después de su ingreso en un hospital, que como todos los grandes de la región reduce en verano el número de quirófanos en funcionamiento.

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Una de cada cinco salas de operaciones de los hospitales públicos de la región echa el cierre durante la segunda quincena de julio. En agosto deja de funcionar uno de cada tres. En los primeros 15 días de septiembre se retoma el mismo ritmo de la segunda mitad de julio. Así consta en los datos que maneja el sindicato UGT sobre una docena de centros sanitarios (La Paz, Clínico, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón, 12 de Octubre, Niño Jesús, Príncipe de Asturias, La Princesa, Móstoles, Getafe, Severo Ochoa y Cantoblanco). Este periódico intentó reiteradamente y sin éxito obtener los datos de cierres de la Consejería de Sanidad. A ello se suma una reducción de camas del 20% en agosto (ver EL PAÍS del pasado día 6).

Un cirujano de uno de los grandes hospitales de Madrid, que pide silenciar su identidad, asegura que el cierre de quirófanos se debe sobre todo a dos motivos: las vacaciones del personal sanitario y la resistencia de algunos enfermos a operarse en periodo estival. "La falta de plazas no siempre es culpa de las administraciones", afirma. "En verano hay escasez de anestesistas, pediatras, radiólogos, traumatólogos, ginecólogos...", enumera sin acabar la lista. "Además, hay cirugías que no son urgentes y se posponen", reconoce. En base a su experiencia, este profesional calcula que "un 30% de pacientes se niega a operarse en verano, sobre todo en agosto". Y ejemplifica: "Si se les dice que les operamos de una próstata o un juanete un 17 de agosto, a veces piden esperar...".

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En cambio, Carmen Flores, portavoz de la Asociación El Defensor del Paciente, utiliza el mismo ejemplo para explicar lo contrario: "A lo mejor que a alguien le pospongan una operación de juanetes le supone dos meses más de sufrimiento y su situación se agrava".

Para Javier González Medel, portavoz de la Asociación Madrileña en Defensa de la Sanidad Pública, si en verano abriesen todos los quirófanos, "se podría reducir la lista de espera". Ahora, 42.200 enfermos están pendientes de entrar en quirófano, 3.300 más que hace dos años y medio, según la Consejería de Sanidad.

Carmen, enfermera de un gran hospital madrileño, detalla que el cierre de quirófanos se hace "en base a estadísticas de años anteriores, aunque luego se puede modificar en función de las necesidades". "Los pacientes son lo primero", puntualiza. Si las necesidades superan lo previsto, se suelen resolver "duplicando la jornada del personal", según esta enfermera que pide omitir su apellido. "Doblar los turnos no es lo más aconsejable", apunta Manuel Rodríguez, secretario general de la federación regional de Sanidad de CC OO. El Defensor del Paciente va más allá: "Es muy peligroso", dice tajante su portavoz, Carmen Flores. "Un cirujano que dobla turnos no está capacitado para tener en sus manos la vida de una persona en una mesa de operaciones", señala. Otro cirujano, que también pide anonimato, reconoce que en verano él y sus compañeros doblan turnos. "Se pasa mal, pero la situación no es grave", afirma. "Nunca se va a retrasar una operación urgente porque sea verano", asegura.

La Consejería de Sanidad, por su parte, echa toda la culpa del cierre de quirófanos a los pacientes. "Como consecuencia de la llegada del mes de agosto, algunos de los pacientes optan voluntariamente por aplazar las operaciones para el mes de septiembre. Por ese motivo, algunos quirófanos de los hospitales se cierran", explica una portavoz. Esta versión es aceptada, en parte, por el Ministerio de Sanidad. "No hay que achacar todo a las comunidades autónomas. Es cierto que hay pacientes que no quieren operarse en agosto, porque no están sus familiares", señalan allí.

Las críticas para la consejería llueven desde PSOE e IU. "El Gobierno regional ha sido siempre incapaz de hacer una planificación en agosto, un mes en el que cada vez se queda más gente en Madrid", afirma Lucas Fernández, portavoz de Sanidad del PSOE. "Siempre que llegan las vacaciones pasa igual: se cierran quirófanos y camas. Y no por necesidades, sino porque el personal que se va de vacaciones no tiene sustitutos que permitan al hospital seguir su actividad normal", concluye la diputada de IU Caridad García.

Ineso Benito, de 92 años, que tuvo que esperar 12 días para ser operado en La Paz.
Ineso Benito, de 92 años, que tuvo que esperar 12 días para ser operado en La Paz.RICARDO GUTIÉRREZ

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