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Un etarra huye de un taxi y abandona material para montar bombas lapa

El activista se dirigía desde Castellón a Tarragona y escapó al ver un control

Un presunto terrorista de ETA abandonó ayer en un taxi, en Castellón, una bolsa con material explosivo y ampollas de mercurio para activar bombas lapa al percatarse de un control de la Guardia Civil. El supuesto etarra, de unos 30 años, vestido con atuendo veraniego, bermudas y gafas de sol, cogió el taxi en la terminal de autobuses de Castellón a las 12.00 y pidió al chófer que le llevara a Tarragona. Ante la presencia de un control de la Guardia Civil a la altura de Torreblanca, el terrorista bajó del coche precipitadamente y huyó.

El conseller de Interior, Joan Saura, confirmó ayer que el supuesto activista de ETA tenía la intención de llegar en taxi hasta el casco antiguo de Tarragona. Los Mossos d'Esquadra desplegaron un operativo de vigilancia tras dar la Guardia Civil la voz de alarma de que un supuesto etarra había abandonado precipitadamente un taxi en el kilómetro 1010 de la N-340, a la altura de la localidad castellonense de Torreblanca. Tarragona está a 150 kilómetros del lugar donde la policía perdió la pista del etarra.

El supuesto terrorista, de unos 30 años y una estatura de 1,80, probablemente temió que el control de tráfico fuera un control antiterrorista y mandó parar el vehículo con la excusa de que se estaba mareando. El taxista se detuvo frente al hotel Miramar, ubicado en la misma carretera. El etarra entró por una puerta, salió por otra y emprendió la fuga, según explicó un trabajador del establecimiento. Tras el aviso dado por el taxista, los agentes de la Guardia Civil procedieron al desalojo del hotel que, a primera hora de la tarde, ya había normalizado su funcionamiento, en medio del nerviosismo de los empleados y de algunos clientes.

Ampollas de mercurio

La Guardia Civil, tras ser alertada por el taxista, halló en el interior del coche una bolsa de deporte. Y, dentro de ésta, una fiambrera blanca con seis detonadores, varios cables, una bolsa con polvo blanco (posiblemente pentrita), dos temporizadores para bombas lapa, ampollas de mercurio, cordón detonante y ropa.

El despliegue de búsqueda se inició poco después de la una de la tarde, desde el hotel Miramar en dirección a la costa, que se encuentra a tres kilómetros de la carretera. La zona está salpicada de chalés a los que se accede por caminos que discurren entre huertos, lo que dificultó la persecución.

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La presencia de un etarra en la costa mediterránea, que viajaba solo, confirma la intención de ETA de impulsar una campaña de verano, algo que ya se puso de manifiesto con la neutralización en Ayamonte el 21 de junio de un coche cargado con 130 kilos de material explosivo. La duda que tienen los investigadores es si el objetivo del supuesto terrorista huido ayer era fabricar bombas lapa para atentar contra algún policía o cargo público o, por el contrario, sembrar el terror enterrando artefactos en las playas .

Por otra parte, cuatro miembros del comando Madrid de ETA -Juan Antonio Olarra Guridi, Juanvi; Jon Bienzobas, Karaka; Rufino Arriaga e Idoia Martínez, Alba- que cometieron numerosos atentados en la capital entre 1995 y 1996, han sido condenados a 20 años de cárcel cada uno, en este caso por delitos de tenencia ilícita de armas y depósito de explosivos, informa José Yoldi.

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