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Entrevista:RICHARD BARKER | Escritor y filólogo

"La represión tras la Guerra Civil fue un cainismo total"

"Hay que pasar página, pero para eso, antes hay que leerla". Así sentencia el escritor y profesor de Filología Richard Barker (Nueva York, 1945) el conflicto de la Guerra Civil, la represión posterior y los posos que quedaron entre los habitantes de Castilleja del Campo (Sevilla).

Tras más de 20 años de investigaciones en la localidad, Barker acaba de presentar sus conclusiones: El largo trauma de un pueblo andaluz. República, represión, guerra, posguerra, publicado por el Ayuntamiento de Castilleja del Campo, la Consejería de Justicia y la editorial Tréveris.

En 1986, Barker se topó con un hombre que tejía trampas para gorriones bajo una higuera. Está convencido de que la trampa la tejía para él porque hasta hoy, ha quedado atrapado en la conversación que mantuvieron y por la que conoció la represión que sufrieron los perdedores de la guerra. Desde entonces, dedica el veraneo en el pueblo de su mujer a desempolvar las historias que conocía "por Hemingway, Brenan y Gibson".

"Cuando han fusilado a tu hermano no se olvida, es un largo trauma, se mantiene"

En su libro se recrea la historia desde el precedente de la II República, sin la que asegura que no se entienden los hechos posteriores. "Era un gobierno muy honrado, con unos alcaldes y concejales muy profesionales y generosos. La represión que tuvieron no es normal. Eran personas sencillas y es duro descubrir que gente del pueblo había hecho listas negras, incluso con sus propios familiares; hubo muchos fusilados, fue un cainismo total por motivos políticos e ideológicos, pero también por odios personales".

Barker enumera historias de familias enfrentadas, de bandos dentro de una misma casa.

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"Había momentos que tenía que parar de escribir; me entraba rabia, tristeza, se me saltaban las lágrimas", recuerda.

Su investigación comenzó con los testimonios de quienes vivieron aquel momento. "He hablado con gente de izquierdas y de derechas", aunque dice era más difícil que los últimos le dieran su versión. "Rechazan la represión que se hizo". Luego vinieron las declaraciones de testigos de vista y documentos personales. En 2000, logró bucear entre los archivos de la provincia de Sevilla y el archivo municipal. Y cuenta cómo pasaba días enteros rebuscando entre documentos metidos en bolsas de plastico, llenos de polvo. "Salía de allí negro como un minero", ríe al describirlo.

La historia la cuentan en el libro los propios vecinos -las transcripciones de las conversaciones captan y reproducen el habla real-, historias en primera persona y recuerdos de falangistas, sindicalistas, el maestro, el párroco, huérfanos de fusilados, mujeres "peladas" como castigo... personajes concretos, ubicados en un pequeño pueblo sevillano que "refleja las situaciones por las que atravesaba buena parte de España durante esos traumáticos años".

Barker, comprometido con la recuperación de la memoria de aquellos años, encontró muchos documentos que piensa que hoy también podrían reabrir muchas heridas. "Aún hay muchos familiares vivos y hay ciertos pasajes que trato de manera delicada en el libro". A pesar de los años, el autor explica que el fusilamiento de un ser querido no se olvida. "Por eso lo llamo largo trauma, porque se mantiene cada día".

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