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Reportaje:Cumbre europea

Sarkozy, el negociador

El presidente francés se impone como mediador y logra que la libre competencia no figure entre los objetivos de la Unión

Lo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha sido llegar y besar el santo: ha sabido convertirse en imprescindible en su primera cumbre europea como jefe de Estado. El siempre mediático Sarkozy ha aprovechado las tensiones germano-polacas para imponerse como mediador entre los dos países. El empecinamiento de los gemelos Kaczynski, que se opusieron hasta el último momento al sistema de voto de doble mayoría que permitiría para sacar adelante un nuevo Tratado de reforma de la Unión, permitió ganar protagonismo al presidente francés, que comandó las negociaciones hasta el final.

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Sarkozy se apuntó otro tanto, al conocerse que el texto negociado ayer, a diferencia de la difunta Constitución Europea, no incluye entre sus objetivos principales "la libre competencia" como exigió el presidente del país de las grandes empresas estatales. Los británicos, los grandes guardianes del libre mercado, sí consiguieron sin embargo que aparezca en un protocolo anexo, según anunció el primer ministro Tony Blair.

Las noticias de un acercamiento inicial de posiciones entre Polonia y Alemania vinieron a media tarde de ayer de la mano del portavoz del Eliseo, que junto con Blair competía por anunciar los avances. Quedaba claro que Sarkozy era uno de los artífices de los primeros desbloqueos de las negociaciones, que sin embargo terminaron por encallar a últimas horas de la noche. Fue entonces cuando Sarkozy se reunió con Blair antes de descolgar el teléfono para hablar con Varsovia. Al otro lado del hilo estaba Jaroslaw, el primer ministro polaco, el duro de los Kaczynski. Se sucedió entonces un ir y venir de conversaciones telefónicas y reuniones bilaterales en las que también participó el presidente del Gobierno español. Sarkozy fue el denominador común de casi todas.

Merkel, lejos de sentir que el nuevo presidente francés le robaba el show como anfitriona del encuentro, consideró, según fuentes diplomáticas alemanas, "extremadamente útil" la contribución de un Sarkozy. Alemania y Polonia, son los dos países que más ganan y pierden poder de decisión respectivamente con el nuevo Tratado. Los encuentros bilaterales entre Merkel y Sarkozy han sido "innumerables" en los últimos dos días, según los diplomáticos.

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Sarkozy fue el primero en defender en Bruselas la idea de un "mini tratado" que reemplazara a la más sustanciosa Constitución Europea, sepultada por sendos referéndums en Francia y Alemania en 2005. El texto aprobado ayer se parece mucho a la constitución descafeinada con la que soñaba Sarkozy. "En enero, 20 países -18 la habían ratificado- se reunieron en Madrid para defender la Constitución. Hoy todos han dicho a la idea de un tratado simplificado", indicó ayer un portavoz del Eliseo.

Sarkozy vuelve a casa además enfundado en el manto de defensor del Estado de bienestar. Francia ha conseguido que "la libre competencia" no figure en el apartado de los objetivos de la UE, un logro de escasa trascendencia jurídica, pero que según el Gobierno francés, es un guiño a los franceses que dijeron no a la Constitución Europea en el referéndum de 2005. "Uno de los argumentos de la campaña del no fue sin duda la demanda de un mayor proteccionismo. Para Francia, los objetivos últimos de la unión son la paz, la prosperidad, el desarrollo sostenible... no la libre competencia", señaló el portavoz presidencial.

Ken Daly, uno de los poderosos abogados de competencia de Bruselas, considera que suprimir la mención en el apartado de objetivos es "un cambio cosmético con escasas repercusiones jurídicas" que le vendrá muy bien a Sarkozy, porque en realidad la libre competencia aparece al menos en 13 ocasiones en los textos legales de la Unión. Y como añade Antonio Bavasso, profesor de derecho de competencia del University College de Londres, "el hecho de que figurara en la Constitución no sienta un precedente legal, aunque la Comisión Europea puede que pierda fuerza para luchar contra las ayudas de Estado en los tribunales".

Al final, los líderes de la UE acordaron que la libre competencia figurara en un protocolo anexo al Tratado de reforma de la Unión, que le servirá a Blair para defenderse de los ataques de los tories y los siempre euroescépticos tabloides.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, habla por el móvil desde la terraza del edificio del Consejo Europeo ayer en Bruselas.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, habla por el móvil desde la terraza del edificio del Consejo Europeo ayer en Bruselas.ASSOCIATED PRESS

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