Cuatro años bajo las estrellas
Todo empezó con un bocadillo, unos refrescos y el ojo puesto en el ocular de un telescopio centenario apuntando a Júpiter y Saturno. De ahí se ha saltado en apenas cuatro años a ser capaces de convocar a lo más florido de la ciencia catalana y sentar al mismísimo consejero que rige sus destinos para, a la postre, compartir la experiencia de observar las estrellas bajo el cielo del Tibidabo.
Una experiencia que el pasado verano fue compartida por los 4.300 visitantes que cenaron en el Observatorio Fabra y se vieron seducidos no sólo por la magia del entorno, sino también por el cálido entusiasmo de su conductor, Antonio Bernal, durante años director del Planetario de Medellín, en Colombia.
El Observatorio Fabra abrirá sus puertas el próximo viernes 15 de junio y ya no las cerrará hasta el 11 de septiembre. A lo largo del verano ofrecerá a diario a sus visitantes su menú astronómico, una Galaxia espiral en los límites de la Vía Láctea como entrante, un Doble Quásar de la Osa Mayor de segundo, y las Columnas de la Creación en M16 de postre. Todo ello acompañado del saber astronómico de Bernal y la compañía de 24 científicos que, entre julio y agosto, compartirán cena con quien haya efectuado la reserva telefónica pertinente. Para la edición de este año se espera que asistan, entre otros, Jorge Wagensberg, Eduard Punset, Juan Luis Arsuaga, Pedro Duque, Tomàs Molina y Margarita Salas.
Las cenas del Observatorio son una iniciativa de Planeta Educa, entidad educativa dedicada al ocio; Laie, librería dedicada a servicios culturales y gastronómicos, y la Real Academia de las Ciencias y las Artes de Barcelona, propietaria de las instalaciones. Colaboran en la iniciativa Moritz, el Ayuntamiento de Barcelona, la Fundación Catalana para la Investigación y el Institut d'Estudis Catalans.
