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Elecciones 27M

"Llevamos 30 años sin poder votar"

La gallineta se hace de rogar estos días en el Mar de Irminger. La marea va floja y el cabracho entra menos en las redes que los votos en las urnas un mediodía de playa. Hoy, Manuel Queimaño, patrón del Esperanza Menduiña, un congelador del arrastre con puerto en Cangas, está pescando a 300 millas de Islandia. Su tripulación partió el 12 de abril y no sabe cuándo volverá. A lo peor el barco echa allá siete meses, porque la gallineta, es decir, el cabracho, se hace de rogar.

En estas elecciones, los hombres del Esperanza Menduiña no van a votar. "Ni en éstas ni en ningunas otras", salta su patrón: "Llevamos 30 años sin poder hacerlo, 30 años reclamándolo, con propuestas en el Parlamento, y ahora que somos todos tan mayores -el más joven aquí soy yo, con 51 años-, es el derecho democrático que menos nos importa porque tenemos demandas más apremiantes", continúa. "A los políticos de cualquier color, un gobierno detrás de otro, está claro que nuestro voto no les interesa".

Los marineros de altura no tienen "ni la posibilidad de votar por correo", porque se van antes de abrirse el plazo. Esto lo sufren, sobre todo, los de las flotas de la Nafo y de Malvinas, porque los del Gran Sol faltan de casa mucho menos tiempo.

Según el presidente de la Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros (Aetinape), José Manuel Muñiz, en Galicia puede haber "entre 10.000 y 12.000 trabajadores del mar" que hoy se van a quedar sin votar "porque nadie, en toda la democracia, les ha habilitado un sistema para hacerlo". En lo que toca a los derechos ciudadanos, "hay vivos, muertos, y marineros" y, en España, son los gallegos quienes se dedican a la pesca de más largo recorrido.

Sólo en la zona de las Rías Baixas, representan "3.000 o 4.000 votos que podrían darle la vuelta a la balanza". Queimaño no se explica "cómo en las anteriores autonómicas, en Pontevedra, hubo tanto revuelo con lo del voto emigrante" y nadie recuerda, esas veces, a los ciudadanos que viven en Galicia cuando no están en la mar. A aquéllos que casi nunca están en tierra cuando tocan elecciones.

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