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El conflicto de Irak

Cheney presiona al Gobierno iraquí para que frene la violencia entre chiíes y suníes

El vicepresidente de EE UU critica en Bagdad la falta de esfuerzo del Parlamento iraquí

El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, aterrizó ayer de forma sorpresiva en Bagdad y emplazó al Gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, de confesión chií, a esforzarse más por conseguir la reconciliación entre las facciones chiíes y suníes. El vicepresidente advirtió a los diputados iraquíes de que, dado el esfuerzo que se está haciendo por mejorar la seguridad en el país, "tomarse en verano dos meses de vacaciones en el Parlamento es imposible de comprender". La visita coincidió con el asesinato de tres periodistas iraquíes y su conductor en la ciudad norteña de Kirkuk.

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Durante cuatro años de guerra han muerto 3.300 soldados estadounidenses y decenas de miles de iraquíes. El primer ministro Al Maliki se ha visto intensamente presionado por Washington para demostrar un descenso en la violencia religiosa. La visita sorpresa de Cheney a Irak fue descrita por los funcionarios estadounidenses como un intento de presionar al primer ministro y a otros dirigentes iraquíes para que hagan más esfuerzos en la reconciliación entre las diferentes facciones.

"Hablamos sobre el futuro de nuestros intereses mutuos", declaró Cheney, quien realizó en Irak la primera escala en su viaje de una semana por Oriente Próximo para redoblar los esfuerzos encaminados a terminar con los enfrentamientos entre facciones de Irak.

Cheney se entrevistó además con el presidente iraquí, Yalal Talabani, un kurdo, los vicepresidentes suní y chií y otros funcionarios gubernamentales y líderes políticos. La visita se produce tras una videoconferencia mantenida esta semana entre Al Maliki y el presidente estadounidense, George W. Bush, sobre la necesidad de agilizar la legislación que permita mejorar las relaciones entre la mayoría chií y la minoría suní.

En el transcurso de la visita de Cheney murieron 10 personas en Bagdad y otras 16 resultaron heridas en dos ataques separados lanzados por desconocidos al sur de la ciudad.

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Además, tres periodistas y el conductor que los trasladaba fueron asesinados a tiros en la ciudad de Kirkuk, 240 kilómetros al norte de Bagdad, en la región del Kurdistán. Todos ellos fueron torturados antes de morir. También en la región del Kurdistán, que hasta ahora gozaba de relativa calma, un camión bomba suicida mató a 14 personas e hirió a otros 87.

En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, anunció ayer que el presidente Bush vetará el nuevo intento de la oposición demócrata en el Congreso de condicionar la dotación de fondos para financiar la guerra en Irak.

La intención de los demócratas es financiar la guerra en Irak a corto plazo y a mediados de julio volver a votar sobre si procede continuar la financiación de dichas operaciones militares. Pero los republicanos creen que racionar los fondos, o condicionarlos, no es la mejor manera de conducir una guerra.

El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney (derecha), conversa en Bagdad con el presidente iraquí, Yalal Talabani.
El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney (derecha), conversa en Bagdad con el presidente iraquí, Yalal Talabani.ASSOCIATED PRESS

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