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La oposición pide al PSC que sus "rifirrafes" no afecten a Cataluña

El fulminante cese de Raimon Martínez Fraile mereció ayer las alabanzas de todos los partidos, incluidos los de la oposición. Pero estos últimos no desperdiciaron la oportunidad para hurgar en las heridas del Gobierno y del Partit dels Socialistes (PSC), que llevan ya dos semanas capeando el temporal por las críticas de Pasqual Maragall al proceso de reforma estatutaria.

El líder de la oposición y presidente de Convergència i Unió, Artur Mas, dijo que la polémica originada pone de manifiesto dos cosas: que el relevo del entorno político de Maragall por el de Montilla en la dirección del Partit dels Socialistes "no se ha hecho de modo correcto", y que "el maragallismo ha muerto", informa Pere Lobato. Mas lamentó las formas con las que se apartó a Maragall apenas dos años después de afirmar que hacía falta "un bozal" para hacer callar al presidente de la Generalitat, de quien, además, en su día criticó su "mentalidad raquítica, de mosquito". Otro episodio en el que la oposición no dispensó un trato especialmente respetuoso hacia Maragall fue cuando el dirigente de CiU David Madí pidió en 2005 la creación de un "comité científico en la Generalitat para investigar a qué responden las incoherencias de Maragall". Los ajustes internos del PSC, o mejor dicho sus desajustes por la marcha de Maragall, explican también esta polémica según el portavoz del Partido Popular, Francesc Vendrell. Por eso pidió a los dirigentes socialistas que "se tranquilicen" e "impidan que sus rifirrafes internos, venganzas y debates de partido" afecten a Cataluña.

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En términos parecidos se expresó Albert Rivera, líder de Ciutadans, que fue un poco más allá y acusó al Partit dels Socialistes de tener miedo de que Pasqual Maragall "diga todo aquello a lo que ha sido sometido por el PSC", especialmente en periodo electoral.

También los portavoces de los diferentes partidos en el Congreso aplaudieron de forma unánime la medida tomada por el presidente de la Generalitat. Incluso el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, estuvo de acuerdo, "y sin que sirva de precedente", con la actuación "correctísima" de Montilla.

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