_
_
_
_
_
Reportaje:

Lo bueno se paga caro

Sánchez Romero apuesta por la calidad y la variedad de oferta como elementos diferenciadores

En la charcutería de Sánchez Romero no venden chóped. Lo que sí hay es un jamón de pata negra a 139 euros el kilo, bresaola italiana a 39,90 y chorizo de bellota a 32,90. En la pescadería, el centollo está a 43 euros el kilo; los percebes, a 59, y las cigalas, a 74. Productos internacionales como salsas de Paul Newman, vinagres italianos y salchichas alemanas llenan los estantes. De fondo suena música suave, la iluminación es perfecta y los suelos relucen de limpios. Bienvenidos al supermercado más caro de España.

Carlos Quesada, director comercial de Sánchez Romero, quita importancia a informes como el de la OCU porque "sólo comparan precios y no tienen en cuenta factores que son fundamentales para nosotros, como la calidad y el servicio". La cadena madrileña, explica Quesada, tiene un surtido de 14.000 productos, casi un 10% importados. "Tenemos un público muy heterogéneo, de distintas nacionalidades, y tratamos de satisfacer sus preferencias y sus gustos", dice. El cliente tipo de Sánchez Romero es alguien con un poder adquisitivo medio-alto a quien no le importa gastarse unos euros más en un producto de calidad. No es casualidad que los ocho supermercados de la cadena estén ubicados en las zonas más selectas de Madrid. Estefanía Rey, casada y con dos hijos, compra casi todos los días en el Sánchez Romero del centro comercial Aturo Soria Plaza, muy cerca de su casa. "Aquí hay productos que no puedes comprar en ningún sitio, y la calidad de la fruta, la verdura y el pescado es excelente", dice. ¿Compensa comprar aquí, sabiendo que es más caro que otros supermercados? "Sin duda", responde Rey.

"Hay productos que no encuentras en otro sitio", afirma una clienta
Más información
Un supermercado para cada bolsillo

Un simple vistazo a los precios basta para comprobar que Sánchez Romero es bastante más caro que Dani. Por ejemplo, el lavavajillas Fairy Ultra cuesta 2,99 euros en el Sánchez Romero de Arturo Soria, mientras que en el Dani de Granada vale 2,75. La cadena madrileña vende el pack de cuatro yogures Danone con sabor a fresa a 1,10 euros, 15 céntimos más que el supermercado granadino. Y una botella de Coca-Cola de dos litros vale 1,33 euros, 10 céntimos más caro. En los productos perecederos sí que se nota la diferencia. Una barra de pan cuesta 60 céntimos en Sánchez Romero, casi el doble que los 33 que vale en Dani. El precio del kilo de plátanos en el primero es de 2,50 euros, por 1,09 en el segundo. La dorada vale 10,90 el kilo en el supermercado madrileño, por 5,95 en el granadino.

Pero la diferencia en variedad y calidad de la oferta también es patente. En la frutería de Sánchez Romero se pueden encontrar, por ejemplo, frutas exóticas como papaya de Brasil, lichis de Tailandia y pitaya amarilla de Colombia. El marisco llega de Galicia directamente y los jamones son seleccionados en sus lugares de origen por expertos de la cadena. Sánchez Romero ofrece a sus clientes un servicio de reparto gratuito a domicilio y tiene una sección especializada en productos sin gluten. Todo ello repercute en el precio final de los productos.

Eduardo Sánchez Romero, padre del actual presidente de la compañía, Javier, abrió su primer establecimiento en el año 1954 al final del paseo de la Castellana, una zona que entonces empezaba a construirse. El supermercado sigue abierto y forma parte de una cadena que da empleo a 340 personas y facturó 41 millones de euros en 2006.

Interior de la tienda de Sánchez Romero situada en el centro Arturo Soria Plaza.
Interior de la tienda de Sánchez Romero situada en el centro Arturo Soria Plaza.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_