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Reportaje:70 años del bombardeo de la villa foral

"Lo de Alemania es escandaloso"

El sobrino de un oficial de la Legión Cóndor considera incomprensible que su país tardase seis décadas en pedir perdón

Ernst-Albrecht von Moreau (Múnich, 44 años) es sobrino de un oficial de la Legión Condor, la unidad de la Luftwaffe, la aviación alemana, que bombardeó Gernika hace ahora 70 años. Gerente de una institución con 650 empleados que atiende a minusválidos psíquicos en el norte de Alemania, acudirá la próxima semana por primera vez a Gernika invitado por los organizadores de los actos de recuerdo. Admite su inquietud y emoción por la visita. "Como pariente de mi tío [el oficial Rudolf von Moreau, quien falleció en 1939], voy con una mezcla de sentimientos a Gernika. Siento curiosidad sobre lo que me espera allí", afirma desde su domicilio en Hamburgo.

Von Moreau se pasó varios años investigando si su tío participó en el ataque aéreo. "Cuando era evidente que no iba a encontrar las respuestas a mis preguntas, me dí cuenta de que el hecho de que mi tío hubiera participado no era lo único importante, sino más bien que el bombardeo de Gernika también avergonzaba y avergüenza como alemán". En un gesto inusual, envió en 2003, junto a sus dos hermanos, una carta a la asociación Gernika Gogoratuz en la que pedían perdón por algo que consideraban parte de su propia herencia.

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"Cuando me puse a indagar en 2003 más profundamente sobre Gernika y la posible responsabilidad de mi tío, me sentía avergonzado y horrorizado de que nosotros los alemanes participáramos en la primera acción de destrucción planificada, con medios de guerra modernos, cuyas víctimas fueron, básicamente, la población civil indefensa".

Para este alemán, el bombardeo representa "el desprecio a lo humano inherente a los conflictos bélicos y violentos. Forma parte de la esencia de la violencia que díficilmente se puede mantener dentro de unos límite y no pocas veces adquiere formas perversas". Y añade otra reflexión: "Gernika también es un ejemplo que muestra cuánto nos cuesta a las personas y, particularmente a las naciones, reconocer la culpa y asumir las responsabilidades".

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Von Moreau se muestra especialmente crítico con su país, que hasta 1997 no pidió perdón públicamente por el ataque aéreo. "La resistencia en Alemania contra una petición de perdón es incomprensible. Pasaron dos generaciones hasta que se pronunciara oficialmente un reconocimiento. Es simplemente escandaloso". Y le desespera también el sentimiento actual en su país. "Desgraciadamente, hasta hoy este tema sigue estando poco presente en la opinión pública o en los medios de comunicación alemanes".

En Gernika dan fe de este sentimiento. Luis Iriondo y Pedro Baliño, dos supervivientes del bombardeo, cuentan que se enteraron de que ex miembros de la Legión Condor habían organizado una asociación. A través de Gernika Gogoratuz, intentaron contactar con ellos para "darles la mano y decirles que no teníamos ningún rencor. No quisieron saber nada. Dijeron que estaba orgullosos de haber defendido a Occidente frente al comunismo".

La actitud de algunos de los alemanes hacia el bombardeo tiene otra muestra. Iriondo cuenta que, en una de las conmemoraciones, trabó amistad con un profesor de historia de Pforzheim, ciudad hermanada con Gernika como uno de los gestos de acercamiento, quien le dijo que su alcalde, quien ya había acudido varios años a la localidad vizcaína, le preguntaba si era verdad que los alemanes habían bombardeado la villa foral. "Si un alemán que se supone que conocía lo que pasó piensa eso, qué creerán los que no tienen información".

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