Aclaración
Tras aparecer en la edición de Babelia del sábado 1 de abril dos páginas de publicidad, insertas por la sucesión del pintor Antonio Saura contra la creación de la Fundación del mismo nombre, escribo esta carta para mostrar mi profundo desacuerdo por estar incluida como firmante de un escrito antiguo, fechado en febrero de 2006 y redactado meses antes.
Después de haber aceptado firmar ese escrito, he conocido las novedades que se han producido en la Fundación Antonio Saura. La sentencia del Tribunal Supremo de 22 de noviembre de 2005, que desconocía cuando se me pidió la firma, me parece incontrovertible, y apoya sin ningún género de dudas la legalidad de la Fundación. La sentencia confirma la voluntad de Antonio Saura de constituirla, "lo cual es fácilmente constatable con la conducta del propio Antonio Saura, que asistió y presidió las sesiones del Patronato de la Fundación de 6 de marzo y de 12 de junio [de 1998]", cito palabras textuales.
La reciente incorporación de sus hermanos Carlos y María Ángeles Saura al Patronato de la Fundación -esta última en calidad de presidenta- es, para mí, la demostración de que Antonio no renunció nunca a hacerla. Estoy segura de que la entrada en el Patronato de María Ángeles y Carlos, así como la de los editores Pierre Canova, Hans Meinke y Antonio Pérez y la Universidad de Castilla-La Mancha, va a suponer el impulso que la Fundación necesitaba, impulso que, por lo que sé, también se sustenta en un apoyo firme de las instituciones, que han aumentado notablemente su aportación económica.
Todos esos hechos no hacen sino dar mayor sentido a mi posicionamiento a favor de la Fundación Antonio Saura o, lo que es lo mismo, a favor de cumplir el deseo expreso del pintor.
