Corneado a los 14 años
En la plaza de Aguascalientes (México), un joven torerito español resultó el domingo cogido por su segundo novillo cuando lo recibía de rodillas para una larga afarolada. "Me estoy muriendo, papá, me estoy muriendo", gritó el espada mientras le cargaban hacia la enfermería. "Tenía mucha ilusión", explica su padre, Antonio Sánchez Cáceres, matador de toros de los años setenta.