De la cárcel al escaparate
Dos chicas se paran frente a uno de los muchos escaparates que flanquean la calle León, en el céntrico barrio de las Letras de Madrid. "Mira, abren una tienda nueva", dice una de ellas. Detrás del cristal, media docena de personas se afana en llenar las estanterías de cuadros, figuras de cerámica, juguetes y objetos decorativos. Aunque a primera vista parezca una tienda normal y corriente, se trata de un local único.