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Entrevista:Candida Höfer

"La gente se hace más visible al estar ausente de un espacio"

Candida Höfer (Eberwalde, Alemania, 1944), una de las figuras más representativas de la fotografía alemana, está centrada desde hace tres décadas en la realización de un extenso cuerpo de imágenes sobre interiores de edificios, preferentemente de uso público o semipúblico. Son fotografías de bibliotecas, museos, iglesias, archivos, palacios o bancos, realizadas cuando ha cesado toda actividad y se encuentran vacíos. Su método de trabajo, que ofrece una enorme continuidad a lo largo del tiempo, es de un gran rigor formal, tanto en la composición como en el tratamiento de la luz. La aparente austeridad de sus imágenes encierra una compleja lectura de la arquitectura en relación con sus usos y funciones actuales, así como una reflexión sobre la historia de la cultura a la que están estrechamente ligados los espacios que fotografía. Ahora se presentan en Madrid una quincena de sus últimas obras, realizadas en diversos lugares de Europa y el continente americano.

"Un espacio no es más que una determinada luz en un momento preciso"

PREGUNTA. Hace algunos años cambió el formato en que trabajaba habitualmente para pasar a formatos grandes, ¿en qué medida ese cambio corresponde a una evolución de su trabajo y cómo cree que puede afectar a la recepción de su obra por el espectador?

RESPUESTA. Es fruto de la experiencia. Creo que existe una relación entre lo que intentas mostrar y el tamaño en el que debe ser mostrado. No sé lo que los espectadores piensan o ven, pero lo que yo deseo es provocar una experiencia tridimensional en la condición bidimensional de las imágenes, de sus planos, de sus formas geométricas y de sus colores.

P. Precisamente, quizá debido a ese cambio, parece tener un mayor interés por los elementos decorativos, el ornamento, los detalles de la arquitectura, y hacer un uso más habitual de la imagen compuesta en torno a un eje central muy marcado, con una fuerte presencia de la simetría.

R. La composición, el ornamento, el orden inherente de los espacios y un orden aplicado a la realización de la imagen, sí. Pero también color. Además, la imagen inmóvil permite una "visión lenta" de los elementos constitutivos del espacio y de las sensaciones creadas por el espacio, pero también de algunas de las contradicciones escondidas detrás del orden y de la simetría.

P. En sus imágenes hay algo que va más lejos de la propia materialidad de lo arquitectónico y se desliza hacia lo inmaterial: la representación, la organización lógica del espacio y la estética formal, los ambientes. ¿Cómo ve ese diálogo entre materialidad e inmaterialidad en la arquitectura?

R. Creo que lo ha dicho -quizás inconscientemente- al hacer una diferencia entre "arquitectura" y "espacio" en su pregunta. Para mí la arquitectura -aunque quizá sea una definición limitada la que yo uso aquí- hace referencia a la construcción de espacios, pero un espacio es un espacio sólo gracias a las distintas formas de luz que lo atraviesan; en arquitectura, creo que tienes o que deberías planificar la luz. Pero al final un espacio no es más que una determinada luz en un momento preciso.

P. A lo largo de sus imágenes va construyéndose una tipología que analiza y clasifica la naturaleza y la esencia de espacios con funciones muy concretas, bibliotecas, museos, palacios, iglesias... ¿Existe ese interés por la tipología al abordar su trabajo?

R. De nuevo, lo que a mí me intriga es un determinado espacio como tal, más exactamente el espacio público y semipúblico. Y cuando reflexionas sobre ello, no existen tantos tipos distintos de espacios así, por tanto, la tipología casi se construye a sí misma. En otras palabras, no me interesa tanto el tipo sino las variaciones y las similitudes que se evidencian en las imágenes, y todo ello en y a través de las "tipologías", porque el tema general de todos estos espacios parece ser la voluntad de mostrar algo, de exhibir algo.

P. ¿Aprecia diferencias sustanciales en los espacios en virtud de su función, de sus usos, incluso de la geografía, como, por ejemplo, entre Europa y otros continentes? ¿Intenta registrarlas o ponerlas de manifiesto?

R. Tal como he dicho, similitudes y variaciones. Y, por cierto, las variaciones entre ámbitos culturales distintos parecen ser mayores que entre los tipos de espacios. Aunque quizá la razón profunda sea que la luz es muy distinta según las diferentes zonas geográficas. Brasil o mejor dicho las distintas regiones de Brasil me resultaron sorprendentes, al igual que Buenos Aires. Y a pesar de centrarme en espacios "europeos", al parecer la luz hacía que dichos espacios parecieran muy distintos; incluso aquellos espacios en los que sólo había luz artificial. Extraño ¿no es así?

P. Los espacios que fotografía tienen una necesaria conexión con la presencia del hombre, de su cultura, sus relaciones, pero precisamente sus obras vienen determinadas por su ausencia. ¿Le interesa el diálogo que la arquitectura mantiene consigo misma una vez que el hombre se ha ausentado?

R. No, no lo creo. Sucede lo mismo con la gente que te importa; sientes su presencia cuando están ausentes. Con los espacios ocurre algo similar; el hecho de ser espacios para la gente se hace más visible cuando la gente está ausente. Además, claro está, hay otra explicación muy sencilla. No me gusta molestar a la gente cuando trabajo, así que intento trabajar cuando la gente no está.

P. Preferentemente, fotografía sólo interiores, allí donde existe una relación necesaria entre uso, funcionalidad, ordenación espacial, esencia y ornamento, ¿le interesan las paradojas, las disparidades o interpretaciones que a menudo surgen de la relación entre esos elementos?

R. Al principio siempre es el espacio en sí mismo, como una personalidad, podríamos decir. Y luego, a veces, al fotografiar o cuando hago las imágenes, es como aprender algo más acerca de esa personalidad; no sólo veo orden, ornamento, función, y aquello que lo origina, sino también distintas capas de tiempo, de usos distintos y a veces contradictorios, intenciones de uso fallidas, malentendidos de simetría; como si se tratara de distintas capas geológicas que aparecen en un corte del terreno, aunque también con capas antiguas por encima de las más nuevas. A veces, esto otorga a los espacios con voluntad de mostrar, a los espacios de belleza o de orden, un carácter inesperado e irónico. Pero esos detalles no los denuncian, simplemente son parte de ellos, una parte que contribuye a que su belleza, su orden y el acto de mostrar sean más soportables.

P. Usted utiliza sólo la luz ambiente y prescinde de cualquier elemento que modifique las condiciones naturales que encuentra, ¿cómo situaría su método de trabajo en relación con momento tecnológico actual de la fotografía?

R. En cuanto a la luz, la tomo tal como la encuentro ya que ésta crea el espacio. En lo que respecta a mi forma de fotografiar y a mi trabajo con las fotografías para obtener las imágenes, supongo que se podría decir que mi método es "antiguo". A la vez, experimento mucho con distintas técnicas tanto al fotografiar como al retocar y al ampliar las imágenes. Incluso a veces utilizo el ordenador para retocar. Pero todavía no he encontrado algo que me satisfaga más que los medios que utilizo actualmente.

P. ¿Cómo y desde dónde fija y construye la posición en el espacio desde el que realiza sus fotografías?

R. Existen muchos factores: la luz, la altura, el ancho, lo que hay en el espacio. Pero, a menudo, tengo que trabajar velozmente, antes de que se abra al público o después del cierre. Es difícil de describir, pero lo sé cuando veo el espacio. Sé cuál es mi lugar para fotografiarlo.

P. ¿Podría señalarse el binomio de arquitectura-cultura como el núcleo conceptual de su trabajo?

R. Éstas son palabras mayores. Sois los espectadores los que debéis decidirlo. A mí, únicamente me gusta observar los espacios, fotografiarlos y crear imágenes a partir de esas fotografías.

Candida Höfer. Galería Fúcares. Conde de Xiquena, 12. 1º izquierda, Madrid. Hasta el 26 de mayo.

'Österreichische Nationalbibliothek Wien VI 2003', de Candida Höfer.
'Österreichische Nationalbibliothek Wien VI 2003', de Candida Höfer.RALPH MUELLER

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