_
_
_
_
_
Reportaje:El desafío iraní

"Sentí que traicionaba a mi país"

El Gobierno británico prohíbe vender declaraciones en el futuro a los miembros del Ejército

Mientras los tabloides empezaron ayer a publicar las declaraciones de algunos de los 15 soldados británicos que pasaron dos semanas detenidos en Irán, siguió arreciando la tormenta política sobre el Ministerio de Defensa por permitir a los soldados vender la exclusiva de sus declaraciones. La intensidad de la tormenta fue tal que el ministerio anunció que, en el futuro, ningún otro miembro del Ejército podrá vender declaraciones. Un anuncio chocante porque ya ahora está prohibido, salvo autorización expresa.

Más información
Irán proclama su entrada en el club nuclear
EE UU cree que el "desafío" de Teherán justifica las sanciones

Las esperadas declaraciones de la marinera Faye Turney, la única mujer del grupo, fueron algo decepcionantes. En sus declaraciones al diario The Sun y la televisión ITV, Turney asegura que "el peor momento" fue cuando los iraníes le dijeron que habían dejado en libertad a sus compañeros y que ella era la única que aún seguía en Irán. Era un dato que ya había sido revelado en la rueda de prensa que dieron varios de los soldados, gratis, al poco de ser liberados. Turney estuvo aislada cinco de los 13 días del cautiverio.

Faye, que cobrará en torno a 220.000 euros por la exclusiva, aunque ha aceptado donar una parte no especificada de esa cantidad, explica también cómo una vez creyó que la iban a ejecutar porque oyó ruidos de carpintería y, al poco, una mujer entró en su celda a tomarle medidas: ella pensó que estaban haciendo su ataúd.

La marinera explica que en el momento en que fueron detenidos por los iraníes en el golfo Pérsico ella intentó ocultar su condición de mujer porque pensó que la violarían. Pero luego no menciona en la entrevista que volviera a tener ese temor. Tampoco hace mención de ningún maltrato físico y admite que sintió que estaba "traicionando" a su país cuando aceptó escribir varias cartas al dictado de sus captores, pero que lo hizo porque éstos le prometieron que estaría libre en dos semanas si colaboraba y que, si no, iría a la cárcel. La marinera deja claro que en ningún momento reveló ningún secreto militar y que se hizo pasar por "la rubia tonta" para hacerles creer que no sabía nada.

Ayer siguieron las declaraciones de familiares de soldados muertos en la guerra de Irak, de políticos y de ex militares por la venta de las exclusivas. La Royal Navy asumió y defendió la decisión, aunque admitió que la medida fue acordada con el conocimiento previo del ministro de Defensa, Des Browne. Éste anunció que, al margen de este caso excepcional, quedaban prohibidas ulteriores declaraciones semejantes. La medida, además de poco útil, porque ahora están prohibidas como norma, parece querer adelantarse a posibles enfrentamientos internos en el Ejército después de que se rumoreara que el Ejército de Tierra se iba a pronunciar por una prohibición total, lo que hubiera podido dejar en evidencia a la Marina.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
La marinera Faye Turney, con su hija, Molly, y su marido, Adam, en un cuartel de la Marina británica.
La marinera Faye Turney, con su hija, Molly, y su marido, Adam, en un cuartel de la Marina británica.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_