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Universo interactivo de humanos y ratas

El Espai d'Art de Castelló se abre a la visión rompedora del mexicano Miguel Ventura

María Fabra

Cargada de interpretaciones. Así es la exposición que el Espai d'Art Contemporani de Castellón inauguró ayer. Cantos cívicos. Un proyecto de NILC en colaboración con Miguel Ventura es mucho más que una exposición. Es un universo ficticio plagado de simbología. La batalla que Miguel Ventura libra no se limita al espacio, sino a cada uno de los ejes de las estructuras sociales. Territorio, identidad, género, bienestar, liberalismo, incluso cuestiona el arte. La representación de todo ello se plasma en tres lecturas. En la planta baja de la galería, dos coros (adultos y niños) interpretan en gradas móviles grandes éxitos, himnos nazis y canciones falangistas. Este ámbito está conectado con otro en la primera planta que recrea un hábitat para ratas que ejercen de cerebro y determinan las interpretaciones de los coros. La presencia de los animales es virtual. El cerebro y los coros humanos están separados, y unidos, por una gran crisálida que se desparrama al exterior del edificio y en cuyo interior se despliega una brutal carga simbólica, desde cupones de racionamiento de la Guerra Civil a la esvástica, que fue signo de buena suerte antes que símbolo nazi. Cantos cívicos, dijo el director artístico, Juan De Nieves, "pone a prueba los límites del Espai como institución".

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