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Alonso dice a la OTAN que España ya cumple en Afganistán y que no enviará más soldados

El titular de Defensa recibe hoy a 35 ministros y se reúne con el nuevo jefe del Pentágono

Miguel González

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, tendrá que hacer hoy "encaje de bolillos", en expresión de uno de sus colaboradores, para convencer a sus homólogos de la OTAN, a los que recibirá como anfitrión en Sevilla, de que España cumple sus obligaciones con la Alianza Atlántica sin enviar más tropas a Afganistán. "España considera que está haciendo el esfuerzo adecuado y cumple sus compromisos", asegura Alonso, quien hoy se entrevistará con el secretario general aliado, Jaap de Hoop Scheffer, con el nuevo jefe del Pentágono, Robert Gates, y con su homólogo ruso, Serguéi Ivanov.

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Las tajantes declaraciones que hizo el pasado día 30 el presidente José Luis Rodríguez Zapatero -"el Gobierno no va aumentar la presencia militar en Afganistán", dijo- han dejado a Alonso en una situación muy difícil ante la cita ministerial de hoy, que conmemora además el 25 aniversario del ingreso de España en la Alianza.

No se trata sólo de que el nuevo comandante supremo de la OTAN, el general John Craddock, haya pedido 4.000 soldados de refuerzo para enfrentarse a la previsible ofensiva talibán de primavera. Es que, según el sistema de turnos vigente, el núcleo del Estado Mayor de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad) en Kabul debía aportarlo, a partir de agosto, el Cuartel General de Alta Disponibilidad de la OTAN en Valencia. Esta misión requería una cifra reducida de militares -120 españoles y 30 extranjeros-, por un plazo de sólo seis meses, pero la contundencia de Zapatero ha dejado a Alonso sin margen alguno de maniobra.

Las declaraciones del presidente resultaron más sorprendentes porque pillaron al ministro recién llegado de Afganistán y ocupado por el accidente de un helicóptero Cougar en Navarra, por lo que no hubo tiempo de sopesar la petición de la OTAN.

Portavoces del Departamento de Estado, con cuyo nuevo jefe, Robert Gates, se entrevistará hoy por primera vez Alonso, dijeron ayer a Reuters que éste pedirá en Sevilla el envío de tropas suplementarias a Afganistán. "Si hacemos un poco más ahora, tendremos que hacer mucho menos en el futuro", declaró un oficial.

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El ministro español intentará hacer de la necesidad virtud y convencer a sus aliados de que el esfuerzo de España en el oeste de Afganistán es el que corresponde a su peso político, económico y militar, teniendo en cuenta que también tiene tropas en Líbano, Kosovo o Bosnia. Además de subrayar el esfuerzo de los soldados españoles para crear un entorno seguro que permita la reconstrucción del país, Alonso se muestra dispuesto a acometer algunas "mejoras cualitativas", sin incrementar sus 690 soldados.

Mejoras cualitativas

Entre ellas, el despliegue, a partir del verano de cuatro aviones no tripulados, para misiones de vigilancia; o la instrucción y financiación de dos batallones del Ejército afgano, uno logístico y otro de combate, con unos 500 soldados en total. La instrucción de los militares afganos forma parte de un programa de la OTAN cuyo objetivo es formar 70 batallones, que en el futuro deberían asumir algunas de las funciones que ahora hacen los casi 34.000 efectivos bajo mando de la ISAF.

La operación en Afganistán -donde acaba de tomar el mando el general de EE UU Dan McNeill- será la estrella de la primera reunión de trabajo de los 26 ministros aliados (a los que se sumará su colega afgano Abdul Rahim Wardak), pero también abordarán el futuro de Kosovo.

La OTAN respalda el plan del emisario de la ONU, el finlandés Martti Ahtisaari, que otorga una independencia limitada a la provincia serbia. España espera que su estatuto final se plasme en una resolución del Consejo de Seguridad, lo que implica el visto bueno de Rusia, con cuyo titular de Defensa, Serguéi Ivanov, se reunirán mañana en Sevilla los ministros aliados. Sólo tras esta resolución, según Alonso, podrá la OTAN plantearse una reducción de sus 17.000 soldados.

La cita de Sevilla incluirá también un almuerzo con los ministros de Defensa del llamado Diálogo Mediterráneo (Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Jordania e Israel), una iniciativa impulsada por España.

A nivel interno, la cita de Sevilla servirá para abordar el futuro de la Fuerza de Reacción Rápida (NRF), sobre el que planea también la sombra de Afganistán. La OTAN se plantea convertir a la NRF en fuerza de reserva, es decir, que sirva para cubrir la falta de tropas suficientes en Afganistán. España, que es uno de los primeros contribuyentes a la NRF (más de 20.000 militares asignados a la misma en los diez turnos semestrales de 2003 a 2008), se opone rotundamente.

Tiene dos buenas razones: una, la falta de financiación (España pagó en 2005 el despliegue por el terremoto de Pakistán); y otra, más importante, que desde julio y por un año serán españolas la mayoría de las tropas de operaciones especiales, las que realizan misiones más delicadas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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