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Reportaje:La investigación del 11-M

Los tres testigos etarras estaban presos el 11-M

Las investigaciones ya han descartado cualquier relación de los miembros de ETA con los islamistas que perpetraron la matanza

Jorge A. Rodríguez

Jamal Zougam, uno de los hombres clave del 11-M, ha conseguido que los etarras Henri Parot, Irkus Badillo Borde y Gorka Vidal Álvaro sean citados como testigos en el juicio por la matanza, a pesar de que los tres estaban presos cuando fue perpetrado el atentado y, según todas las investigaciones realizadas por policía, Guardia Civil y CNI, no han tenido relación alguna con el 11-M. Parot, preso desde 1990, será interrogado sobre por qué Abdelkrim Bensmail, recluido desde 1997, tenía en su poder en octubre de 2004 un papel con el nombre y la dirección del etarra, en la prisión de Córdoba. Badillo y Vidal tendrán que explicar si el 28 de febrero de 2004, cuando viajaban hacia Madrid con una furgoneta con 536 kilos de explosivo, tuvieron alguna relación con los islamistas que, al día siguiente, partieron de Avilés hacia la capital cargados de Goma 2.

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Los informes que constan en el sumario del 11-M, en el de la operación Nova y en la Comisión de Investigación del Congreso ya han descartado dicha relación, tras analizar el tráfico de llamadas de todos los terroristas (los islamistas y los etarras) o la correspondencia cruzada, entre otros asuntos. Un tomo entero del sumario descarta cualquier relación de ETA con el 11-M. Los principales datos de las investigaciones son éstos.

- Henri Parot. El nombre de este sanguinario terrorista, detenido en Sevilla el 2 de abril de 1990, y su dirección de la cárcel de Córdoba, figuraba en una nota manuscrita que Abdelkrim Bensmail tenía en su celda en la cárcel de Villabona (Asturias). Este islamista, preso desde 1996 por su pertenencia al Grupo Islámico Armado, era la mano derecha de Allekema Lamari, uno de los siete suicidas de Leganés que estaba en la calle por un error judicial. En el mismo papel también figuraba el nombre de Harriet Iragi, preso desde el 16 de noviembre de 2000. La nota manuscrita no se conserva porque Bensmail, cuyo abogado era dirigente del PP valenciano, se la tragó.

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El hallazgo originó una investigación en la que se determinó que Parot y Bensmail, ambos de origen argelino, pudieron coincidir en Villabona entre el 28 de abril y el 23 de junio de 2001 (56 días). El informe concluye: "No obstante, no hay relación de correspondencia de cartas entre Abdelkrim Bensmail ni ninguno de los dos etarras (...) Además, también se puede confirmar la no existencia de visitas entre éstos (...) No se ha podido determinar si mantuvieron conversaciones o relación da amistad (...) En ningún informe carcelario consta la existencia de alguna relación con otros presos [no islamistas], como los de ETA, ni su influencia sobre los mismos".

- Los etarras de Cañaveras. Los investigadores han elaborado hasta seis informes sobre la posible relación entre los etarras detenidos en Cañaveras (Cuenca) y los islamistas del 11-M. Esa vinculación ha sido establecida por los teóricos de la conspiración del 11-M, que alegan que ambas caravanas partieron a la vez. Es falso porque los etarras fueron interceptados por la Guardia Civil a las 0.40 del día 29 en Cuenca, mientras que los islamistas de Jamal Ahmidan estaban a las 14.28 de ese día en San Vicente de la Barquera (Cantabria).

Los etarras llevaban encima 506 kilos de cloratita, 30 de dinamita Titadyn y 90 metros de cordón detonante. Los islamistas, unos 200 kilos de Goma 2. Los primeros entraron a España por Binéfar (Huesca) y pretendían llegar a Madrid por la N-II, la carretera de Barcelona, mientras los islamistas se desviaron a Cantabria y llegaron por la de Burgos. Además, se ha analizado el tráfico de llamadas de los tres teléfonos que llevaban los etarras, así como el de los islamistas que fueron a Asturias. No existe ni un contacto. Badillo y Vidal llamaron a cinco hostales de Huesca, a un ayuntamiento valenciano y se cruzaron 16 llamadas entre ellos. Cuatro informes avalan estos datos en el sumario, más el informe general sobre los hipotéticos vínculos entre el 11-M y ETA, más varios otros incluidos en la comisión de investigación. El único que ha sostenido dicha relación es José Emilio Suárez Trashorras, pero sólo en la prensa. Y quienes lo han interrogado niegan que en algún momento dijera nada que no apuntara a "los moros de Madrid" como autores de la masacre.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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